SÁBADO, 17 DE DICIEMBRE DE 2016
Soy María, Reina de los Cielos y la Tierra.
Me dirijo a vosotros, queridos hijos, en este día, 8 de diciembre de vuestro
año 2016. En primer lugar, os traigo todo mi Amor de Madre, toda la Luz, todo
el calor del Amor a cada uno de vuestros Corazones.
…Silencio…
En este momento en el que iniciáis los
preparativos de la Navidad, para celebrar el Nacimiento de mi Hijo, ninguno de
vosotros puede ignorar lo que ocurre en vosotros como en vuestro entorno. Cada
día que pasa os va haciendo experimentar la realidad de lo que está sucediendo,
de forma gradual o abrúptamente en vuestros sueños, en vuestras alegrías o
incluso en vuestros sufrimientos, independientemente de vuestra edad o vuestra
historia. Todos vosotros, estéis donde estéis, percibiréis algo que está en el
horizonte, un evento a nada parecido.
En este período especial que precede a la
Navidad, desearía ver vuestro Corazón abierto, definitivamente, a la Verdad, a
lo que sois. Sea cual sea, el estado de vuestra persona o vuestra historia,
sean cuales sean los eventos de la Tierra en la que estáis, recordad lo que
sois.
Antes incluso de presentarme a vosotros,
tenéis hoy la oportunidad de vivir las primicias, porque realmente vosotros
entráis ahora en el tiempo de la Tierra, en el tiempo de las profecías, en su
cumplimiento y su finalización. Pero, id más allá de las profecías, sean las
que sean y de dónde procedan. Lo único esencial es vuestro Corazón, lo que
sois, más allá de toda apariencia, de todo sufrimiento, de toda búsqueda. Ahí
está vuestro salvoconducto.
Donde quiera que miréis, la Tierra se
despierta y se eleva. Alrededor de vosotros, en vuestra familia, surgen
preguntas, cuestiones. Recordad en todo momento que sólo vuestro Corazón es
maestro, porque es vuestra verdad. En cualquier ocasión de conflicto, de
acontecimientos relativos al cielo o a la Tierra, no olvidéis lo que os conduce
a vosotros mismos, a vuestra Eternidad y a vuestra Libertad. Aunque no
experimentéis nada, aceptad eso como una posibilidad y cada día sólo tendréis
la ocasión de ser lo que sois.
En cada rincón de la Tierra, en cada rincón
de vuestros Cielos, todo está listo; eso se os ha anunciado hace muchas
semanas, pero también sabéis que nadie conoce la fecha. Recordad que, durante
este período, en estas primicias que vivís hoy, está vuestra Eternidad, la
Alegría, el Amor y, sobre todo, la Verdad; es vuestra única meta ahora. No
tenéis nada que buscar ni tampoco tenéis que moveros, únicamente estar
plenamente ahí, totalmente presentes y totalmente en vuestro Corazón, porque es
precisamente en el curso de los sucesos más anodinos y los más importantes,
donde os demostraréis a vosotros mismos, vuestro posicionamiento. Recordad que,
en la Verdad, en el corazón del Corazón, no puede haber ni sufrimiento ni
errancia, sino la Verdad del Amor Luz. Lo demás, sólo pasa.
Así pues, todos vosotros estáis llamados a
vivir esas últimas preparaciones, estos ajustes, estos desafíos finales para
que permanezcáis en la Paz, para que ningún temor pueda surgir en vosotros. El
Amor es vuestro salvoconducto, vuestra verdad.
Mi Manto Azul de la Gracia, se deposita
esta tarde sobre vuestros hombros para que os mostréis a vosotros mismos en la
fuerza del Amor, en la fuerza de vuestra Eternidad. Durante este período, tened
muy en cuenta que en lo que vais a vivir, a encontrar, el Amor lo es todo. En
tanto que Madre, como toda madre, nunca podría juzgar ni condenar a ninguno de
mis hijos. El Amor es tan grande y el perdón en tan inmenso, que ¿cómo queréis
que haya castigo si no es en vuestra propia culpabilidad, en vuestras propias
experiencias y en vuestros propios errores? Pero, ¿qué representa eso, frente a
lo que sois?
Elegid. El Amor es el único bálsamo. La
Paz, la que emana de vuestro Corazón y no la que buscáis a través del rechazo
del mundo en ciertas meditaciones, sino la de estar en la Paz de manera
consciente y presente en cada instante, el Fuego Ígneo que a veces os obliga
para guiaros en el camino de vuestra Eternidad, no para moveros sino para
vivirla ahora.
Cada vez os será más fácil daros cuenta,
por vosotros mismos, de los momentos en que la Fluidez de la Unidad, de la
Vida, del Amor, os aparece como una magia increíble y a la vez tan real, y el
momento en que por una u otra razón os alejáis de eso, sintiéndoos más y más
desgarraros de lo que sois realmente, más allá de toda máscara, de toda
apariencia y de toda historia
Así que, estamos con vosotros, nos
mostramos a menudo ante vuestros ojos, unas veces en vuestras noches y otras en
vuestros cielos. Muchos de vosotros os comunicáis ahora de forma regular y
fácil, cada uno a vuestro ritmo, con las otras dimensiones, con los pueblos de
la naturaleza. Sé que muchos de vosotros, sin quererlo, comenzáis a ver cosas
que no veíais. Todo se aclara por la simplicidad, desde el momento en que decís
“sí” al Amor, “sí” a la Verdad, “sí” a la Eternidad.
Entonces, no tengo grandes anuncios que
haceros en este día tan especial, sino más bien deciros: “estad en la Alegría”.
Cada día debe ser un momento de Alegría, sean cuales sean, las pruebas de
vuestro cuerpo o de vuestra vida o los placeres que se os ofrecen. Recordad que
la solución está en vuestro Interior; que no hay ningún enigma, sobre todo
ahora. El Fuego Ígneo ya en muchos de mis hijos, ha desencadenado la acción y
la liberación de vuestra MerKaBah interdimensional. Los que vivís las
primicias, por calor o por frío, por perforación del corazón, por sensación de
quemadura en las Puertas, eso corresponde al Fuego Ígneo. Ya veis que no habrá
respiro, que no habrá tiempo de tergiversar porque es tiempo de ser vosotros
mismos con Amor y con Simplicidad, en toda vuestra Eternidad y en toda vuestra
luz. Eso no requiere palabras, simplemente ser.
Por tanto, mantened limpia vuestra casa y
estad presentes plenamente. Porque el encendido de la MerKaBah interdimensional,
aunque no la viváis algunos, de momento, es exactamente lo que está sucediendo,
en este momento dentro del sistema solar. Todo converge, todo se vuelve claro
en el corazón de forma más evidente y, en algunos casos, incluso sorprendente.
…Silencio…
Cada uno de mis hijos verá la misma
sonrisa, la de una Madre amante y oirá las mismas palabras. Recordad y estad
atentos a vuestros sonidos interiores si los percibís, pero también a los
sonidos del Cielo y de la Tierra. Estad presentes y estaréis atentos, pero
presentes, no como un observador, sino presentes en vuestra Eternidad, en el
Corazón, sin pedir nada, simplemente allí, y eso se volverá cada vez más
evidente.
Mi Manto Azul de la Gracia os acompaña y os
acompañará más a menudo en los momentos en que pensáis primero, en lo que sois
y en el otro más que en vosotros. Todo es Uno. Ahora debe vivirse, más que la
experiencia, la realidad y la totalidad de esta Alegría, de este Amor, de esta
Luz Blanca, de la Fuente -lo que sois.
…Silencio…
Os agradezco vuestra presencia aquí y en
otras partes, escuchándome, leyéndome o simplemente pensando en ello; la Gracia
estará allí, no puede ser de otra forma. El bálsamo del perdón, el bálsamo de
la reconciliación y de la Resurrección, se extiende sobre vosotros ahora, en
este mismo momento. Llenáos de esta Alegría, sed este Amor fantástico que sois.
Mi Amor de Madre os acompaña en cada
circunstancia y ocasión, desde el instante en que el corazón es vuestra
primacía, desde el instante en que reconocéis vuestro reinado como hijos de la
Ley del Uno, llamas eternas de Vida más allá de todo juego. Y así, en este día,
os bendigo en cualquier momento, aunque sea dentro de unos días -el tiempo no
existe. Lo que habéis leído, lo que habéis oído es una prueba, si todavía
necesitáis pruebas.
…Silencio…
Entonces, os digo que pronto, muy pronto,
estaré aquí.
Soy María, Reina de los Cielos y de la
Tierra y os amo.
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