Original en francés.
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Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Susana Milán
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Mi nombre es Snow. Hermanos y Hermanas, en Amor con vosotros y por el Amor. Todas mis Hermanas me han dado la autoridad para hablaros y Vibrar lo que está directamente ligado a la Estrella que yo llevo y también, a lo que yo pude vivir y manifestar en mi anterior encarnación, como india desconocida viviendo en el territorio que vosotros llamáis hoy, los Estados Unidos, en la tribu Lakota. Vengo a hablaros y Vibraros, cómo la Profundidad puede permitiros superar los miedos. Evidentemente, no voy a hablaros de todos los miedos que pueden existir en el humano porque como sabéis, son numerosos. Conciernen ciertamente a toda una serie de vivencias, de experiencias, de cosas (razonadas e irracionales) que salpican la vida del ser humano. Más que nada voy a considerar el miedo y la capacidad que tiene la Vibración de la Profundidad para hacer superar el miedo, entendiendo en un primer momento, que el miedo cualquiera sea el origen o la manifestación, a partir de una simple proyección, presenta en la mente, ya sea una emoción o la manifestación física de evitación o de sumisión o de asombro, como lo es para los animales, presas de un predador. Más allá de todo esto y de todos los mecanismos que pueden aflorar cuando el miedo aparece, vamos a considerar el miedo más esencial, el miedo fundamental, más allá de cualquier manifestación y más allá de cualquier causa, si puedo expresarme así.
Vuelvo primero, sobre la Profundidad. La Profundidad es una Vibración que permite transcender, superar la apariencia de lo que se vive, sentir, transcender lo que se ve, transcender lo que se vive y en concreto, el miedo. El miedo es un sentimiento o una emoción que obstaculiza todo lo que está asociado a la Alegría y por lo tanto a la Conciencia pura, desnuda de todo miedo. El miedo ciertamente, está inscrito en la personalidad y también, yo diría, en el alma. El único elemento que no conoce el miedo porque no puede existir en esta vivencia, es el Espíritu. El Espíritu, en efecto, no está regido por ninguna de las leyes que están en vigor en este mundo y en esta Tierra. Obviamente lo sabéis. En la acción de Gracia del Espíritu, en el Gran Espíritu, en efecto, no reina más que el Amor, no reina más que lo que es verdad. La Profundidad es un mecanismo que permite superar el miedo propiamente hablando, es decir que en esta visión del Espíritu, no es necesario ver el miedo, comprender y entender los orígenes y las manifestaciones, porque sería el cuento de nunca acabar. Entended que comprender un miedo es a veces muy interesante. Saber por qué una persona tiene miedo de esto, de aquello o de otra persona, permite entender el origen de este miedo y efectivamente, en un cierto número de casos, entender el origen, entender el origen de un miedo, de algo que se ha vivido o aprehendido, podría ser suficiente para transcenderlo.
De lo que me gustaría hablaros no es en absoluto de esto sino más bien, de la superación del miedo, sea el que sea el punto de partida, sea la que sea la fuente, la vivencia, la experiencia o la proyección. Para superar el miedo, es necesario ir más allá de ese mecanismo de vivencia y más allá de ese mecanismo de comprensión. Fundamentalmente, la personalidad, la vida humana misma, no permite disipar el miedo y aunque alguno miedos pueda ser superado, otro miedo lo reemplazará más tarde o más temprano en la vida y así, hasta la muerte, hasta el último aliento, que representa, yo diría, el miedo último. Entonces, ¿qué es lo que puede hacer que un ser humano, como tantos otros, como yo, hayan podido superar el miedo y por lo tanto, todos los miedos? En la experiencia de la vida humana, llega un momento en que la Conciencia, la percepción misma de la vida, va a ir mucho más allá de todas las reglas conocidas, mucho más allá de todos los límites conocidos, mucho más allá de todas las contingencias que puedan existir para un cuerpo y para lo que ese cuerpo y esta persona puede hallar y encontrar en su camino. Por supuesto, el peligro forma parte muy exactamente del principio mismo de la encarnación en este mundo, por los elementos que vais a encontrar, las relaciones que vais a encontrar, lo que podéis llamar también, lo imprevisto y la necesidad de prever. Entonces el miedo es omnipresente, como un estímul0 para evitar ser confrontado al peligro. Pero vivir sin miedo no es evitar el peligro sino ver más allá del peligro, sea lo que sea y solo el Espíritu permite esto, con la transcendencia de las funciones habituales de toda la vida en esta Tierra.
Esto parte de un principio y de una observación que yo he vivido. En el momento en que un miedo llega, el que sea, provocará una reacción, en un proceso sea de evitación, sea de sumisión, sea aun de posibilidad de superar o de disipar ese miedo. Pero más allá de todo esto, imaginad que si hay un peligro que es absolutamente fenomenal y por lo tanto, un miedo que no se puede evitar, que no se puede ignorar, en ese momento se pone en funcionamiento un proceso concreto y sobre todo, cuando la vida misma, vuestra vida, está amenazada. En ese momento, ocurre algo bastante excepcional y esto lo he vivido, es por eso que puedo hablar y que en toda mi vida anónima, he llegado a ser algo muy particular para mi pueblo y un poco más allá, pero muy poco conocida porque no he podido dejar ninguna huella escrita y tampoco era el objetivo de esta vida que yo he vivido. Cara a un miedo extremo, convendréis, que probablemente es muy diferente para cada ser humano. Esto puede ser el espanto por un animal, puede ser verdaderamente, algo que pone (concreta o hipotéticamente) la vida frente a un peligro. En ese momento, viene la Profundidad y solamente en ese momento. Es decir que, en esos instantes concretos, la Conciencia de alguna forma, se extrae del marco temporal, es decir que todo se va a desarrollar como a ralentí. Todo va a escapar a la lógica, al transcurrir habitual del tiempo. Algo que no transcurre como habitualmente. Y en ese momento, hay como una descomposición del tiempo, como si el tiempo estuviera suspendido y como si, para emplear esta imagen, como si una película pasara a ralentí. Es como se eso que se vive en ese momento, alterara totalmente, las señales habituales de la vida, la identidad, el tiempo, el espacio mismo. Hay eso que puede parecer, en un primer momento, una distorsión total del transcurrir habitual de cualquier vida en encarnación. Y ese proceso, a causa de mi capacidad de entrar en contacto con la naturaleza en esta vida que he vivido, es observable en el humano, como en un mamífero y también en un árbol.
Sabéis todos, que los indios, cuando querían abatir un árbol, daban miedo a un árbol y abatían el árbol de al lado. Todos estos procesos son exactamente los mismos: en un momento dado cuando estáis atrapados (y esta palabra es totalmente exacta) por un miedo, todo se para. Todo se para en la conciencia llamada ordinaria y, en ese momento, se experimenta un mecanismo concreto que se vive solamente en la Conciencia: es en ese momento que el control de la personalidad del alma sobre la conciencia de conciencia fragmentaria no existe más y sin embargo existe una escapada de la Conciencia a otro estado. Lo que explica por cierto, ese sentimiento de que el tiempo se ha parado, que el espacio se ha diluido y que la Conciencia es realmente, proyectada en otro mecanismo. Este otro mecanismo está directamente ligado a Profundidad. La Profundidad es el momento en que vais a poder, en ese instante, tener una Visión que está más allá de la visión, una Mirada que está más allá de la mirada y una Conciencia que está más allá de la conciencia. Es decir que la conciencia ordinaria sale en ese momento y que paradójicamente, también es un mecanismo de supervivencia de la propia Conciencia. Porque ciertamente, la conciencia ordinaria rechaza admitir que puede desaparecer un día y el miedo es justamente, el medio para ella, de soltar presa en relación a lo que ella creía inevitable. Y es en ese momento en que la Conciencia, que vosotros llamáis la Unidad, puede aparecer en esta salida del espacio/tiempo, esta salida del flujo normal de la vida, para penetrar en otro tiempo.
El miedo es pues, un motor bastante involuntario, del acceso otra cosa diferente, si en ese momento concreto, la Conciencia (escapando a la propia vivencia del miedo y a la aprehensión del fin o de la muerte), relaja de alguna forma, la presión sobre el transcurrir de la propia vida de lo que es experimentado. Entonces, en ese momento, se da lo que vosotros llamáis el famoso Abandono a la Luz que ejerce totalmente, un mecanismo de supervivencia ya que la Conciencia se transfiere. Y el alma, si lo preferís, en lugar de volverse hacia la personalidad y en lugar de volverse hacia la profundidad de la personalidad, vuelve a refluir totalmente hacia el Espíritu. Se produce un mecanismo Vibratorio (y también energético) de retracción absoluta de la conciencia ordinaria, bastante involuntaria, ya que está en resonancia con una alucinación tanto de los sentidos como de la Conciencia, que va a hacer que la Conciencia refluya más allá del cuerpo, más allá de lo que se llama mente, las emociones, para invadir el alma. Y el alma, en ese momento no puede hacer otra cosa que volverse hacia el Espíritu. Porque el alma habiendo captado de manera casi automática, que no puede sobrevivir en este cuerpo (que va a morir, de forma hipotética), entonces el alma se invierte, se Revierte y os hace franquear, en ese momento, la Puerta estrecha y haceros penetrar esa Conciencia de la Unidad y el Gran Espíritu.
Es en ese momento, cuando la Profundidad interviene como elemento de ese mismo reflujo, es decir que hay verdaderamente, en ese momento, una retracción total de todas las energías vitales del cuerpo, de las fuerzas vitales, es decir del etérico, de las emociones y de la mente, incluso, hacia otra cosa. Este proceso os permite, en ese momento, ver más allá de la apariencia y más allá de la mirada, la Profundidad hará que veáis a través de esta Profundidad, el Espíritu. He intentado explicaros este principio a través de la vivencia del ser humano que he sido, pero se puede decir que vuestros físicos de hoy han llegado exactamente a la misma conclusión. Es decir que a fuerza de entrar en profundidad y de ir sobre un mecanismo, más y más íntimo, de toda la materia, percibís, la ciencia tal como la llamáis, percibe que, en el centro de lo que se llama la nada, está la aniquilación, la Luz total. Hoy es exactamente igual en la astro-física, ya que lo que la ciencia observa (que nosotros en nuestro tiempo, no podíamos ver ya que no teníamos esa tecnología), que lo que vosotros llamáis en la Tierra, un agujero negro, de hecho no es más que la Luz. Os recuerdo (y esto se os ha mostrado muchas veces, por los Ancianos), que todo en el mundo está invertido. Utilizando palabras simples, yo diría, que cuando estamos encarnados, somos el negativo de la vida. Nosotros estamos en vacío mientras que lo lleno está más allá. Nosotros estamos efectivamente, en algo que está privado de Luz. Ciertamente pasamos toda nuestra vida buscando la Luz en este mundo, pero la Luz no puede encontrarse porque estamos permanentemente en ese estado de proyección, de sueño, donde por supuesto el alma es alimentada (en alguna parte y un poquito) por el Espíritu, haciendo que cualquier ser humano se sienta en vida porque, efectivamente, es alimentado al mínimo, por el Espíritu. Pero el Espíritu, convendréis, es totalmente invisible. Igual que no podéis ver el alma, es imposible ver el Espíritu con los sentidos ordinarios y con la conciencia ordinaria. Solamente cuando la conciencia ordinaria desaparece, los mecanismos son puestos en marcha por la Conciencia, por el cerebro, por el corazón también (y hablo de los órganos) y en ese momento os hace desembocar en esta Profundidad y ver, no solamente los hilos que animan la marioneta sino verdaderamente, lo que está por encima de los hilos, es decir la Luz. La Profundidad y mi nombre mismo, SNOW están (lo entendéis) ligados a eso que da esta Profundidad de un paisaje de nieve, donde todo se funde y desaparece para dejar aparecer otra cosa.
Esta otra cosa (que no es visible ni perceptible en el mundo) va a aparecer en esta alucinación del miedo. Este proceso que acabo de describir (y muchos seres humanos que han vivido la encarnación), vais a ser llamados a vivirlo de manera colectiva. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que la Luz va a aparecer y, por supuesto, al estar privados de Luz, esto va a representar un impulso final a que el alma, la conciencia ordinaria pueda de alguna forma, retractarse y escapar, a ese mecanismo que parece venir y que viene realmente, a poner fin a lo que parece que llamáis la vida. Pero ciertamente, lo sabéis, lo que viene no es el fin sino más bien el nacimiento, la Resurrección, el Renacimiento de la verdadera Vida. Y es por este mecanismo tan preciso por el que toda la humanidad va a vivir esa superación del miedo, porque llega un momento, en todo miedo cuando éste no es conocido, o no puede esfumarse, ni ser suprimido, ni ignorado, sino que debe ser vivido. Esto se ha llamado en otros términos, el cara a cara.
Por supuesto, aquellos de vosotros que vivís ya, los mecanismos de la Conciencia, que están en relación con esto (sean las Coronas Radiantes, sea el Fuego del Gran Espíritu que se eleva en vosotros por el Sacro, sean vuestros momentos privados de meditaciones y de conexión al Sol, a la Tierra o a los astros), vosotros estáis cerca, de alguna forma, de esto. Es en ese momento preciso en que el ser humano, por ese mecanismo de retracción de la Conciencia de su aspecto ordinario, podrá penetrar totalmente, las esferas de la Luz y de la Unidad. Es esto es lo que se llama el miedo arquetípico, en el que se resuelve el miedo último, que es el de la propia desaparición. Ella está ligada obviamente, a la superación de la Dualidad y a la resolución de la Unidad, que permite a la Conciencia vivir un mecanismo muy preciso, que es la retracción brutal de cualquier proyección. Existe pues, de cierta forma, una retractación que está ligada a esta Profundidad. Una Profundidad que no es condicionante ya, para las emociones y para la persona, sino que desemboca en el Gran Espíritu.
Este proceso que es elucidado, se sitúa muy directamente, a nivel de vuestra nariz y también a nivel del cerebro (en su parte posterior, detrás de la oreja derecha). En este nivel existen en efecto, procesos que son totalmente reales y que corresponden a modificaciones de una química sobre la que no me extenderé, porque no es mi dominio. Pero es muy real. Este proceso de Profundidad está ligado, por supuesto, a lo que se llama el Triángulo de Tierra. Está ligado también al Triángulo de Agua. Y el Agua y la Tierra están en resonancia en esta región de vuestro cuerpo, que son de alguna forma, una retracción. Esta retracción está ilustrada por lo que se llama el ascenso del Gran Espíritu a lo largo del canal de columna vertebral. Hay un movimiento que iba en sentido hacia abajo, que va hacia arriba y que participa de esta Profundidad y por lo tanto en esa superación del miedo.
Así pues (y es aquí donde quería llegar), si en esos momentos que se acercan a vosotros, sois capaces de poneros vosotros mismos, en esta Profundidad (a través y ayudándoos de la respiración, ayudándoos de lo que os es familiar en lo que practicáis como ejercicio de conexión o alineamiento, sean cuales sean las palabras que le pongáis, de meditación), si en ese momento preciso pensáis en esto, entonces, en ese momento, penetraréis Profundidad e iréis más allá por la retractación y ascensión de este elemento de miedo. Y descubriréis, en ese momento, que habéis parado el tiempo realmente, verdaderamente habéis salido del tiempo. Muchos elementos que vivís (y que, vais a vivir cada vez más frecuentemente, ahora) van a desarrollarse en la conciencia ordinaria, viniendo pues, por retractación, a ayudaros cuando llegue el momento, a superar este miedo porque os daréis cuenta de que la Conciencia existe, que por ejemplo, el cuerpo no responde ya. La Conciencia efectivamente, está a punto de liberarse de este cuerpo. Vosotros concebís que podéis existir, que nada desaparezca, porque el cuerpo no se siente ya, porque el cuerpo no responde ya. Hay también una Profundidad que aparece, que permite desplegar las nuevas fundaciones, más allá de lo que vosotros vivís hasta el momento. Ese mecanismo, si reflexionáis bien, comenzáis a vivirlo, todos de diferentes formas. Son los momentos donde el tiempo se dilata, donde el tiempo no existe ya. Es el momento en que os parece que algo que pensáis haber vivido, durante un minuto, ha durado una hora. O si no, algo que habéis vivido durante una hora y os dais cuenta de que ha pasado solamente un minuto. Es lo mismo para el desdoblamiento real, del alma que comienza por estar alucinada por el Espíritu (aunque no se haya visto todavía, totalmente para cada uno de vosotros) y va a hacer que la Conciencia se libere del cuerpo, es decir que la Conciencia está siempre presente, aunque no llegue señal a la Conciencia de este cuerpo.
Todos los mecanismos son muy exactamente lo que pasa en vosotros, en este despliegue de la Luz y el Gran Espíritu que viene, para aquellos que están abiertos, como decís vosotros, preparando con esto, ese proceso de superación del miedo. Así pues, entendéis que es la Inteligencia de la Luz la que actúa en vosotros y la que favorece de alguna forma, esta retracción de la conciencia ordinaria de sus actividades llamadas vitales, sensoriales o corporales o emocionales o mentales. Aprovechad estos momentos que vivís, que vais a vivir, para penetrar todavía más en la Profundidad y vivirlos aun más. Cuando esos momentos llegan, no añadáis otro miedo (el miedo de perder lo que sea) sino osad ir hacia la Profundidad. Sea, repito, ayudándoos todavía más de la tensión de Conciencia, sobre el punto Profundidad de la cabeza, o en alguna parte que no responde más a nivel del punto Profundidad del cuerpo o, simplemente pensando en esa simple palabra en vuestra Conciencia: Profundidad. Vosotros podéis también llamar (y esto ahora, lo habéis entendido) mi Vibración, ya que esta Vibración, que es mía, es también la vuestra, ya que yo estoy también en vosotros, como vosotros estáis en mi. Esto favorece, por esta retracción, penetrar la Unidad y por lo tanto la Luz, el Gran Espíritu, donde todo está presente.
Tenéis pues la oportunidad y la suerte de poder experimentar, por adelantado, todos los procesos de este despliegue final de la Luz en este mundo. Tenéis pues la oportunidad, real de tener la experiencia y superar este miedo, desde ahora. Porque vais a percibir que si aceptáis que ninguna señal llegue a este cuerpo, porque si aceptáis que no haya más emociones ni activaciones o actividades de vuestra propia mente, si se silencia todo esto, entonces aparecerá esta Conciencia nueva. Y entonces aparecerá también, un sentimiento de paz desusada. No seréis ni siquiera el observador de este cuerpo o de esta Conciencia sino que os haréis realmente, algo diferente estando presentes por supuesto, en este mundo. Pero esto favorecerá yo diría, la Nueva Conciencia, tanto en vosotros, como para el total de la humanidad y acelerará grandemente la liberación de la Tierra que solo espera algunos elementos ahora, que le son propios pero que corresponden también a vuestros cuerpos. Recordad que nuestros cuerpos, cuando estamos encarnados, están por supuesto, fabricados con el cuerpo de la Tierra, incluso si hay una carne previa que se llama nuestros padres. Los ingredientes de este cuerpo, de alguna forma, son todos tomados de la Tierra pero no pueden venir del Espíritu.
Así, vivir la Profundidad en estos momentos y aceptar ir hacia la Profundidad, os va a permitir penetrar, cada vez más lúcidamente y conscientemente y con una libertad total, esta Conciencia nueva. El aprendizaje que, vais a poder hacer ahora de forma más importante, quizá seguramente muy facilitada por la naturaleza. Porque ciertamente, la Luz se despliega para el humano pero se despliega también para todos los reinos de la naturaleza, que permanecen asociados a su Unidad, como los árboles o algunos animales pero también, para toda la naturaleza que había sido escindida de su Unidad. Así pues, la naturaleza no se va a oponer a vosotros como se pueden oponer algunos humanos que están próximos a vosotros, en vuestras vidas. La naturaleza os va a preservar, de algún modo, de los baños emocionales, de los baños mentales y la naturaleza en ese momento, incluso os va a desembarazar, el tiempo de vuestra inmersión en la naturaleza, de lo que se llama este sistema mental colectivo, que tiene tendencia a querer encerraros en los razonamientos de personalidad y de los funcionamientos de personalidad. La naturaleza también, permite y va a permitir cada vez más neutralizar, si lo deseáis, todos los principios de encierro que han intentado ver el día, a través de tecnologías, por los humanos. Un ejemplo simple, vais comprenderlo enseguida: los árboles (os he lo dicho y lo había dicho ya), están ligados a su propia Unidad. Haceos la pregunta de por qué los grupos humanos buscan abatir cuantos más árboles posibles. Es únicamente por esta razón: para privar a la humanidad y para privar a la Tierra de esta conexión a la Unidad que representan los árboles. Es por eso que ha habido lo que vosotros llamáis las deforestaciones masivas, particularmente a partir de algún tiempo (una generación), para oponerse a la Unidad de la Conciencia sobre la Tierra. Porque los árboles, los bosques son de alguna forma, los que absorven esas ondas que han sido creadas por los humanos y también por sus tecnologías. Entonces hoy más que nunca, en este periodo donde se despliega la Luz Verdadera del Gran Espíritu, es evidente que los árboles son los que más captan, porque no tienen emociones, no tienen mente, están ligados desde su Esencia a su Unidad, desde su cuerpo mismo a su Unidad. De igual forma, si vosotros os sumergís en este bosque, en un árbol, incluso asilado, vais a poder vosotros también, aprovechar esta Profundidad y por lo tanto ese contacto va realmente a permitiros, como el contacto con el Sol, escapar al condicionamiento de la Conciencia y por lo tanto, superar realmente el miedo, porque el árbol está en la Unidad. Toda la naturaleza por supuesto, es susceptible de participar en esto, pero preferentemente los árboles.
La Profundidad consiste pues, en encontrar esta Profundidad porque es el elemento que realmente, permite invertir el vapor, yo diría del miedo. El miedo que quiere atraparos, que quiere bloquearos, parar vuestra vida, parar todo lo que no es el placer, las emociones positivas y que va pues, a ser literalmente absorbido por el Espíritu y también por los elementos de la naturaleza que van quizá, a permitiros familiarizaros, yo diría con el Espíritu en sí mismo. Estos mecanismos tan precisos han sido descritos también, por algunos humanos que han atravesado, durante periodos a veces muy largos, lo que ellos han llamado la noche oscura del alma, desembocando, después del fin de esta noche oscura del alma, en el Espíritu, de igual forma. La noche oscura del alma desemboca en el Espíritu, sea por una noche oscura del alma que no se termina más, o aun, por un proceso de extracción del alma, de la personalidad y de toda la conciencia ordinaria, que va entonces, de manera automática y natural, a volverse hacia el Espíritu.
Ese mecanismo corresponde precisamente, a lo que explicó Sri Aurobindo sobre el Choque de la humanidad. Ciertamente, muchos seres humanos que están abiertos ahora, tienen la posibilidad de vivir esto con anticipación y transformar ese Choque de miedo en una apertura al Espíritu, mucho más importante que antes. Entonces, guardad presente en la memoria que la Profundidad es el factor Vibratorio ideal y, de la Conciencia ideal que os permite superar el miedo, sin por eso tener necesidad de identificar un miedo, sin tener necesidad por eso de encontrar una solución a un miedo que no sería más que una evitación, que no sería más que un factor, yo diría, de camuflaje de este miedo. Aceptando vivir el miedo, en este cara a cara, es como realmente se encuentra la Profundidad y se encuentra, la superación del llamado miedo. Este mecanismo es como he explicado, un mecanismo del Espíritu, es decir que la personalidad, el cuerpo, todo lo que constituye la personalidad y el alma mismas, se vuelve hacia el Espíritu. Tenéis pues la posibilidad de favorecer esta absorción del alma y de la personalidad por el Espíritu alucinando, de alguna forma, por la supresión de proyección. Vais pues a descubrir realmente el Espíritu, de manera mucho más fuerte, intensa y quizá final, el Gran Espíritu, es decir instalaros cada vez más fácilmente en la Unidad.
En ese momento, ¿qué pasará? Más allá de la Paz, más allá de la Alegría (que depende de vuestra calidad y de vuestra cantidad de establecimiento en la Conciencia del Espíritu), vosotros percibiréis que nunca ningún miedo puede atraparos. Sean los miedos que habéis conocido, sean los miedos a los que habéis estado sometidos, durante tanto y tanto tiempo, pero que incluso considerarlo mentalmente, intelectualmente lo que sea, no puede de ningún modo generar el más mínimo miedo. En ese momento, habréis superado realmente el miedo y no podréis ya estar sometidos a ningún miedo. Por este mecanismo es como en este periodo, (y de acuerdo con la apertura de la Puerta del Corazón), las energías de precipitación de la personalidad, el sentido de la energía vital (también con el alma dirigida hacia esta personalidad), van a poder de alguna forma, transformarse, invertir el flujo de la energía vital y volverla a enviar, hacia el Espíritu. Haciéndose así, una energía que no es más vital sino una energía que vosotros llamáis, creo, Supramental, es decir una Vibración y no ya un movimiento.
Así es como se va a desenvolver, si lo aceptáis, lo que va a pasar en vosotros, en estos momentos concretos. Y esto puede ser también, ahora, la noche en los momentos en que os despertáis. Puede ser en los momentos en que os echáis, sin idea preconcebida, incluso más allá de vuestros momentos de alineamientos. Constataréis por vosotros mismos, que episodios como estos, van a ocurrir sin que lo hayáis pedido. Las Vibraciones van a aparecer en partes de vuestro cuerpo. Las pérdidas de percepción del cuerpo van a hacerse presentes. Vais a percibir que algunas emociones, que eran cotidianas para vosotros no existirán simplemente más, que los mecanismos de razonamiento o mecanismos mentales, que eran vuestros, desaparecen sin ninguna razón, sin ningún esfuerzo. Es en esos momentos cuando hay que aprovechar de la Profundidad, porque es en esos momentos cuando el Espíritu os llama y es en esos momentos, cuando el alma puede volverse más fácilmente hacia el Espíritu. He aquí lo que tenía que daros, en mis propias palabras. Si todavía tenemos tiempo y la oportunidad, respondo a vuestras cuestiones, si las tenéis.
No tenemos más preguntas, os damos las gracias.
Entonces Hermanos y Hermanas, que el Aliento del Gran Espíritu sea vuestra Alegría y vuestra Verdad. Hasta la próxima vez. Comulguemos.
... Efusión Vibratoria...
Yo os saludo.
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