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lunes, 9 de julio de 2012
Los pilares del Chamanismo
Publicado por jorge alberto herrero el junio 30, 2012 a las 9:43pm en Sincro Chamanes
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Qué es el chamanismo?
El chamanismo es un sistema de sanación, un camino
de sabiduría ancestral, una filosofía práctica, una disciplina espiritual y una
forma de vida. Se estima que tiene entre cuarenta y veinte mil años de
antigüedad.
Surgió en diferentes partes del Planeta (en todos los continentes)
y no fue ni es exclusivo de ninguna etnia en particular. Se ha practicado y se
practica en diversas regiones geográficas y climáticas: selvas, bosques,
montañas, planicies y desiertos, tundra, ártico, y costas; y en zonas de variada
densidad de población, desde las más pobladas hasta las más aisladas de la
naturaleza.
Tantos años y tantas culturas han dado lugar a una gran diversidad
de tradiciones chamánicas, por lo que a veces resulta difícil englobarlas a todas
en una misma disciplina. No obstante, se puede hablar de “chamanismo”
(en singular) porque estas tradiciones comparten una cosmovisión, una
búsqueda, y una forma de relacionarse con la vida y el medio ambiente.
La cosmovisión chamánica se basa en una serie de premisas o principios, que
se pueden sintetizar de la siguiente manera:
Todo es energía
En el Universo todo está conectado
El Universo tiene un aspecto material y otro Espiritual
El aspecto Espiritual crea el material.
El aspecto Espiritual no está separado del material, aunque lo percibamos
como separado.
Podemos experimentar las conexiones y comunicarnos con todas las cosas
Podemos aprender, obtener ayuda, sanación y guía de los elementos de la
naturaleza
Podemos acceder en forma consciente y deliberada al plano Espiritual
para conectar con fuentes de Amor, Poder y Sabiduría y co-crear nuestra
experiencia de la realidad
Podemos comunicarnos con la naturaleza y el mundo Espiritual a través
de experiencias directas, simbólicas y/o intuitivas
Esta cosmovisión es (en términos actuales) simbólica, ecológica y holística.
Los chamanes sabían desde épocas ancestrales, muchas de las cosas que fueron
corroboradas por la ciencia en nuestros días. Sabían por ejemplo: que materia y energía son un continuo, que la energía puede transformarse en materia y la materia en energía, que nuestra
consciencia e intenciones influyen y modifican tanto a la materia como a la
energía.
Los cuatro pilares de la práctica
Para comprender cómo se realiza la práctica chamánica resulta útil diferenciar
cuatro fases o aspectos, que denominaremos pilares. Si bien se describen por
separado, porque cada uno constituye un procedimiento específico, en realidad
se hallan en constante interacción, son interdependientes y su práctica
transcurre en un proceso circular. Proceso circular en el sentido de que una vez
realizados los cuatro pasos, el proceso suele enriquecerse con un nuevo ciclo a
partir del anterior. Por otra parte, el orden de estas fases es dinámico y variable, de manera que no siempre es necesario seguir la misma secuencia.
Los pilares son:
Establecer el objetivo o propósito
Construir la energía o el poder
Limpiar o liberar el camino
Conectar con fuentes de ayuda
Establecer el objetivo o propósito:
Establecer el objetivo o propósito es definir qué queremos lograr en el presente
y/o para qué vamos a realizar una práctica en particular.
Los propósitos pueden ser amplios y generales o concretos y específicos.
Incrementar el nivel de energía, crecer espiritualmente, armonizarse, lograr
bienestar, paz, tener más confianza, serían ejemplos de propósitos generales.
Los propósitos concretos se definen en forma más acotada y precisa. Ejemplos
de estos serían: tener más energía disponible para correr un rato a las mañanas, tener actitudes más amables con alguna persona en particular, resolver un conflicto determinado, valorar algo en especial, relajarse antes de dormir, dar el siguiente paso en el desarrollo de una habilidad o destreza.
En líneas generales podríamos decir que cuando establecemos objetivos claros y específicos podemos ser más efectivos. Esto no quiere decir que no debamos proponernos algo general, sino
que suele ser más útil trabajar con algo en particular, sobre todo si estamos en
pleno aprendizaje o poniendo algo en marcha.
Si bien desde la perspectiva espiritual estas precisiones no serían necesarias,
puesto que el Espíritu todo lo sabe, para el resto de nuestro ser, o sea nuestro
aspecto físico, emocional y mental la especificación es de gran ayuda.
Definir qué queremos alcanzar no implica “garantizar” resultados, porque las
cosas no siempre se desenvuelven en tiempo y forma de acuerdo a nuestros
criterios, deseos, y expectativas personales, sino que se desenvuelven de
acuerdo a las vibraciones del espíritu.
Establecer un propósito es definir hacia dónde queremos ir y cómo vamos a
responder a nuestras circunstancias, qué queremos cambiar y transformar en
relación a nuestra experiencia de la realidad, qué queremos ser, hacer o pensar.
Implica definir una dirección y hacer todo lo que se requiere para llegar allí.
Construir el poder o la energía
Todos los seres humanos tenemos o en realidad, somos energía. La energía es
vibración, movimiento. El poder es la capacidad de dirigir la energía hacia
algún objetivo.
Incrementar la energía quiere decir aumentar la vibración o el movimiento, en
cualquiera de los niveles de expresión: físico, emocional, mental y espiritual.
Incrementar el poder significa aumentar nuestra capacidad para dirigir en
forma consciente y voluntaria la energía hacia un objetivo determinado.
Cuanta más energía le damos a algo, mayor será su despliegue. Cómo le damos
energía? Fundamentalmente a través de la atención y la intención. Pero además
de energía, necesitamos poder, o sea ser capaces de conducir esa energía hacia
una meta. Cómo dirigimos la energía? Básicamente a través de los procesos de
elección. Qué elegimos? Elegimos por ejemplo, el valor que tienen las cosas
para nosotros, su importancia y su significado. Elegimos también nuestras
intenciones, acciones, pensamientos e imágenes como así también las técnicas
o métodos más adecuados para alcanzar nuestros objetivos y transformarnos.
Despejar el camino
Esta es otra parte fundamental de nuestra práctica: liberar el camino de
bloqueos e interferencias para que la energía y el poder puedan fluir
adecuadamente.
Cuáles son los bloqueos fundamentales? Sintéticamente podemos decir que:
A nivel físico: el exceso de tensión muscular
A nivel emocional: los miedos, la ira y la culpa
A nivel mental: los conflictos, dudas y confusiones
A nivel espiritual: la falta de fe y confianza
Qué ayuda a liberar estos bloqueos?:
A nivel físico: la relajación
A nivel emocional: la aceptación y la calma (sanar el miedo, la ira y la culpa)
A nivel mental: la decisión o elección (resolver conflictos, dudas y confusiones)
A nivel espiritual: conectar con la Fuente
Conectar con fuentes de ayuda
El camino chamánico busca integrar la experiencia espiritual en el mundo
material. No busca trascender el mundo físico, sino armonizar nuestra relación
con él y experimentar ambos mundos (espiritual y material) como dos aspectos
integrados de una misma Realidad. El mundo material es el aspecto manifestado y el mundo espiritual el aspecto invisible e inmanifestado.
Todo lo que existe en el planeta tiene su contrapartida espiritual, con la que
podemos conectar, intercambiar energía e información. En el mundo espiritual
existen además espíritus, energías o fuerzas de ayuda con las que el practicante
puede interactuar. Estas energías o fuerzas nos brindan guía, conocimiento,
enseñanzas, protección y ayuda permanente en nuestras vidas, aún cuando no
siempre somos conscientes de ello. Podemos conectar en forma consciente y
deliberada para buscar orientación, sanación, amor, poder y sabiduría.
Según esta perspectiva, todos contamos con fuerzas de ayuda, lo creamos o no.
Devenir conscientes de esta conexión nos permite ir más allá de nuestros l
ímites personales y trascender nuestra sensación de separación de la Fuente.
Las fuerzas espirituales colaboran incondicionalmente con nosotros, nuestros
propósitos, crecimiento y desarrollo; responden a nuestras preguntas y
pedidos. A través de la práctica aprendemos a escuchar e interpretar sus
respuestas.
Habría mucho más para decir sobre cada uno de estos temas, pero aquí sólo he
querido hacer una breve presentación y ahora, un último comentario.
Desde tiempo inmemorial los chamanes han acumulado observaciones y
experiencias acerca de la vida y de lo que nos ayuda a vivir en armonía en el
Planeta. La práctica chamánica puede ser vista como algo “sobrenatural”, pero
en realidad sólo abarca una mayor extensión de lo natural. Esta práctica va más
allá de la percepción habitual, de las nociones que limitan la existencia a aquello que podemos pensar, ver, tocar o escuchar.
Para transitar este camino no es necesario partir de la confianza. El
chamanismo es una disciplina pragmática que se sustenta en la comprobación
personal. La confianza cuando no es punto de partida, suele ser un punto de
llegada y surge como consecuencia de persistir en una práctica adecuada.
A
medida que se gana experiencia se incrementa la confianza y cuanta mayor
confianza mayor efectividad. El proceso nuevamente es circular: la experiencia
fortalece la fe y la fe nos abre a niveles cada vez mayores de efectividad y
experiencia.
Cada uno está en algún punto del círculo. Para seguir avanzando
necesitamos definir hacia dónde queremos ir, incrementar nuestra energía,
despejar el camino y recordar que siempre contamos con ayuda. Cuando
construimos los pilares, el Universo nos ayuda a edificar.
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