jueves, 4 de diciembre de 2014

EJERCICIO PARA MOMENTOS DIFÍCILES.


 thespiritscience



Respirar profundo y contar hasta tres

En una situación de crisis, lo primero que hay que hacer, (solos o en medio de una reunión), es respirar profundo y contar hasta tres.
Los ojos pueden permanecer abiertos, aunque lo ideal es cerrarlos durante unos segundos en pos de lograr abstraernos del conflicto y conectarnos con nosotros mismos.

Si la crisis llega estando entre colegas de trabajo o en una discusión familiar, una buena opción es buscar unos segundos de soledad.
Ir al baño, refrescarse, contar hasta tres muy lentamente ejecutando la respiración profunda es un aliciente para poner las ideas en claro, centrarse  y adquirir mayor comprensión de lo que pasa por dentro y por fuera.

Cuando disponemos de un poco más de tiempo para meditar y relajarnos ante una crisis, podemos aprovechar para descalzarnos, abrir una ventana, y focalizar la mente en pensamientos y sensaciones placenteras. En caso de disponer de un jardín o una plaza cerca, nada mejor que caminar descalzas por el césped y escuchar el canto de los pájaros.

La toma de consciencia nos ayuda a despejar un panorama interior confuso y también a renovar energías.
La respiración profunda es fundamental; otros recurso para renovarse y distenderse es el recitado o canto de un mantra y la adopción de un mudra.


 Conviene que, en situaciones normales, cada quien encuentre cuál es el mantra que más se adapta a su visión particular del mundo y a su personalidad.
 Asimismo, hay mudras, como el mudra del amor, que revitalizan y armonizan en una gran diversidad de situaciones. Por último, las visualizaciones son un recurso excelente para atenuar malestares energéticos.
flickr.



Ejercicio de meditación

Nos sentamos con la espalda alineada en una silla o en el suelo. Cerramos los ojos.
Realizamos el mudra del amor.
Nos concentramos en la respiración.
Visualizamos un haz de luz que nos envuelve: esa luz comienza a descender desde el centro de la cabeza hasta el pecho, para luego proyectarse hacia fuera.

Respiramos así entre cinco y diez minutos. Abrimos poco a poco los ojos.


Sonreír. Hace más de cien años, el neurólogo francés Guilliane Duchenne de Boulogne comenzó a estudiar qué es lo que se escondía detrás de una sonrisa. Hoy se sabe que puede resultar contagiosa y mejorar todavía más un buen estado de ánimo. Por ello, los investigadores sobre el humor recomiendan este sencillo ejercicio cuando se pasen momentos difíciles: mirarse al espejo y sonreír. Esta expresión facial genera la emoción correspondiente, de forma que si vemos el reflejo de una sonrisa, comenzaremos a sentirnos mejor









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