La Nueva Religión- El Creador de TODO Cuanto Existe

En su mundo las religiones son hechas por el hombre y encuentran su premisa en antiguas interpretaciones de aquellos que vinieron antes como emisarios divinos para enseñar y revelar la palabra de Dios. Dios envió a muchos de los suyos para traer la iluminación a través de la palabra hablada, sin embargo raras veces las enseñanzas fueron fielmente registradas; y han sido alteradas por los responsables de sus traducciones y diseminación. Las palabras son apenas reconocibles por los que las dieron en un principio. La palabra siempre se dio de una manera que inspirara comprensión pero rara vez se la comprendió. Por lo tanto Dios sigue enviando a sus mensajeros para repetir la palabra y dar aún más verdades a través de diversas proyecciones para que la comprensión del hombre pueda ser alcanzada en la medida de captar la verdad. Así a lo largo de las edades los hombres de autoridad decidieron por cuenta propia destilar las doctrinas de lo que se enseña y convertirlas en enseñanzas para ser religiosamente seguidas por aquellos que se convirtieron en seguidores. Las religiones por lo tanto se han convertido en las manifestaciones de las creencias y doctrinas cristalizadas en los registros que no llevan los pensamientos originales o las palabras genuinas sino versiones condensadas y reinterpretadas. Las religiones hechas por el hombre están ‘basadas en la tradición', buscando su credibilidad en aquellos que se tienen a sí mismos como la autoridad para las creencias y enseñanzas adoptadas por la religión. Son sectarios en naturaleza y apelan a las mentes de los hombres mediante el uso de símbolos, ceremonias y creencias establecidas. Aquellos que se suscriben a las religiones de la tradición encuentran seguridad en el sistema de creencias que han elegido y que les proporciona directrices para la vida. La religión juega un papel de apoyo y crucial en las vidas de estos seres cuya experiencia en la forma mortal es sustentada por las creencias anticuadas y las doctrinas que les han enseñado. Se ha convertido en una red de seguridad para muchos que incondicionalmente las aceptan como la verdad sin ningún aporte o experiencia personal a lo que tienden a seguir. Hay verdad en algunas de las enseñanzas adoptadas por cada religión e incluso pueden encontrar un terreno común entre ellas; sin embargo no representan toda la verdad. Dios habló a menudo de la buena disposición de la mente de los receptores. Como mensajero tras mensajero fue enviado, mayores verdades fueron reveladas para estar de acuerdo con la receptividad del hombre y sus capacidades para comprender. Y lo que se enseñó antes se proyectó en formas nuevas y reveladoras. La realidad es que la religión tradicional ha encapsulado la verdad de lo que se recuerda y se proyecta como un Evangelio. Yo les digo que el evangelio como dado es incompleto y erróneo en muchas formas. Aquellos que buscan la verdad no la encontrarán de lleno en los ámbitos de la religión tradicional, sino que deben buscarla en otra parte. La comprensión del hombre de la religión se ha convertido en una heredada, ya que consiente lo que se coloca delante de él como un otorgamiento de la verdad. Los nacidos en familias religiosas estarán condicionados por los preceptos de esa religión en particular, sin ninguna elección. Los que son independientes de mente sin embargo crecerán en conciencia y serán guiados a buscar más allá de la corriente principal para encontrar su verdad. ¿Qué es realmente la religión? Su religión debería ser su forma de vida. Por lo tanto la religión debe ser una forma de vida o de vivir. ¿Dónde existe la vida? ¿No es en el espíritu que es eterno? Si la religión es una forma de vida y la vida solo existe en el espíritu; entonces no debería la religión del hombre ser la forma del espíritu en lugar de una proliferación de sectas que adoptan diversos dogmas sin el conocimiento de la verdad del espíritu. Si el hombre va a encontrar a Dios a través de ‘una religión' y Dios es espíritu puro, entonces seguramente el camino hacia Dios es a través del conocimiento y experiencia del espíritu. La religión debe ser una forma de vida basada en las verdades espirituales descubiertas por cada individuo en su viaje mortal. Las revelaciones del espíritu a través de la experiencia temporal capacitan al hombre a descubrir y conocer la presencia de Dios dentro de sí mismo y a sentir la presencia divina en su interior y como parte de él. La religión del espíritu revelará al hombre su unidad con Dios mientras que la religión tradicional enseña sobre un Dios que está sobre, más allá y por encima de sus hijos. Una nueva religión ha estado emergiendo desde hace algún tiempo y muchos han encontrado su religión en el espíritu y al hacerlo así han descubierto a Dios en su interior y muchos están optando por ejercer su libre albedrío para manifestar la presencia de Dios a través de su viaje mortal. Es el descubrimiento de Dios en su interior y la elección de manifestarlo que iniciará la carrera del mortal ascendente. El espíritu de Dios en el interior inspira al hombre a una comprensión superior y dará una visión muy reveladora de las realidades de la vida y los caminos del espíritu. Entonces el hombre puede expresar los caminos de Dios en su vida a medida que los frutos del espíritu se convierten en los valores por los cuales se moldea su vida. Llegará a conocer y a crecer en su valía moral al abrazar la luz de Dios dentro de él y ser atraído a todo lo que la luz le ofrece en lugar de ser motivado por la culpa y el miedo a defender los valores de Dios. La religión del espíritu es reveladora en carácter. Una de sus mayores revelaciones es la existencia del amor de Dios en el alma inmortal del hombre. El hombre llegará a conocer el amor de Dios y conocerá el amor como Dios y a Dios como amor; y finalmente conocerá a Dios como sí mismo y a sí mismo como amor. En su búsqueda por la verdad, descubrirá que el amor es todo lo que hay y que Dios siendo amor quiere decir que Dios es todo lo que hay y en ese conocimiento fluirá la conciencia de que el hombre y Dios son uno. A pesar de lo que los sentidos del hombre perciben, el hombre descubrirá que no hay separación. Cuando empieza a conocer a Dios y a sentir Su presencia en su interior, finalmente conocerá la totalidad del amor y desarrollará la habilidad para manifestar el amor de Dios. Las religiones ancestrales o tradicionales pueden enseñar sobre el amor e incluso proporcionar directrices sobre como el hombre debe amar pero esto no será más que una comprensión intelectual basada en el conocimiento mental más que en la conciencia espiritual. Para conocer, comprender, tener, experimentar, sostener, retener, vivir y expresar amor deben sentirse unificados con el amor de Dios que mora en el interior. Es solo a través de la experiencia que tienen en su viaje mortal que esta revelación puede ocurrir. La verdadera religión por lo tanto no se puede enseñar sino que debe ser descubierta mediante la experiencia mortal combinada con la motivación de buscar la verdad. Es solo entonces que el hombre llegará a recordar quién es, ya que este conocimiento debe surgir de dentro, para que pueda quedar unido a la experiencia, conocer la verdad revelada y permanecer inamovible ante lo que otros le dicen que es la verdad, lo sea o no. El hombre ha tomado este viaje mortal para tener una experiencia mediante la cual se descubrirá a sí mismo y al hacerlo experimenta una liberación de su fe. Esta fe será la cuerda que le guía a la cima de sí mismo, si es capaz de mantenerse agarrado. La fe cuando es descubierta a través de la experiencia se hará el accesorio inevitable que facilitará el logro. Lo que el hombre empieza a conocer a través de la revelación del espíritu debe ser anclado en su fe para que no se tambalee cuando las exigencias de la vida amenacen la base de su conocimiento. La religión del espíritu siempre trabaja mediante el descubrimiento interior, y esto perpetua un sentimiento de certeza y permite esa sensación de seguridad de que en su interior está todo lo que buscan. Las religiones de sus tiempos están obsoletas y estáticas en muchos sentidos. Invalida los vientos frescos que pasan por las mentes de sus seguidores de disfrutar de auténticos descubrimientos y de las revelaciones del espíritu. Entumece las mentes de los seguidores y restringe su libertad de cuestionar y explorar más allá del ‘Evangelio' proyectado. Se aferra a lo que ha sido reescrito de generación en generación como la verdad. Busca convertir y dominar mediante la autoridad en lugar de liberar. Mantiene a sus seguidores atascados en paradigmas y prácticas que no presentan crecimiento espiritual. Difunde diferencias entre las sectas y la superioridad de una creencia o doctrinas sobre otra. Enseña amor y tolerancia sin embargo está marcada por la división y la desunión. Trata con lo finito; siendo de cabo a rabo de un "libro" lo que se registra como el Evangelio, sin un reconocimiento de que Dios en SU infinitud no puede ser limitado por palabras en el papel y no puede ser experimentado por la palabra escrita. La existencia de Dios, la bondad de Dios, la realidad de Dios no puede derivarse de lo que alguien les dice o de lo que está registrado. Tiene que descubrirse a través de muchas vibrantes experiencias mortales. Realmente el hombre debe comprender intelectualmente los procesos de Dios y la ciencia de la creación pero para conocer a Dios en espíritu el hombre debe experimentarlo desde dentro. El hombre no puede experimentar a Dios a través de sus sentidos externos sino a través de sus facultades internas que producen el conocimiento. La religión del espíritu ofrece libertad, la capacidad de retener la soberanía de uno, el control sobre la propia vida, el ímpetu para buscar la verdad de Dios y de sí mismo y el estasis en descubrir la profundidad y la amplitud del conocimiento del espíritu. Una religión basada en el espíritu unirá los corazones de los hombres a través del amor de Dios y proveerá el conocimiento de que Dios se individualiza dentro de cada uno y por lo tanto cada uno tiene idéntica presencia de Dios en su interior. No dicta o decide lo que uno debe creer ya que se nutre de revelaciones progresivas. Permite visiones experimentales mientras que lleva a una comprensión compartida o común de la unidad y hermandad de todo, el destino único del mortal ascendente, la realidad de la voluntad del UNO, una determinación para acceder a esa voluntad y la realización de sí mismo a través del servicio. Las barreras que desde hace mucho tiempo han tenido a MIS hijos en cautiverio se disolverán como consecuencia de la ascensión; porque es a través de este proceso que la presencia del espíritu dentro de cada uno encontrará su resurrección en la verdad. Bienvenidos a casa MIS pequeños porque el espíritu de la verdad dentro de cada uno despertará y en ello encontrarán su nueva religión. Hazel www.pathtofreedomistruth.com 
Traducción: Adela Padilla
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