lunes, 28 de septiembre de 2015

Cualquier dolor que sintamos ha sido construido sobre la ilusión de este mundo

tema: Conceptos Kabbalísticos | Publicado en: September 16, 2015





El Shabat que tiene lugar en los diez días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur también es llamado Shabat Shuvá: el Shabat del regreso. Este año, es el Shabat de la porción de Vayélej.
Esta porción contiene dentro de sí todas las enseñanzas que Moshé nos entregó antes de que partiera de este mundo. Moshé dice algo muy raro a los israelitas al inicio de la porción: “Hoy tengo ciento veinte años; ya no puedo salir ni entrar”. ¿A qué se refiere Moshé cuando dice “ya no puedo salir ni entrar”? Rashí, el gran kabbalista, nos señala que Moshé está diciendo: “Ya no tengo acceso a la sabiduría; por ello, no puedo dársela a ustedes”.
Antes de que parta de este mundo, una persona justa tiene la totalidad de la Luz que reveló. Sabiendo esto, ¿cómo es posible que Moshé dijera que para él todo estaba bloqueado antes de que partiera de este mundo? Esto no tiene sentido y no puede entenderse de manera literal. Así que, ¿cuál es el secreto?
Este mundo es una ilusión. Expuesto en términos simples, nada de lo que vemos, pensamos o sentimos es real. Por ejemplo, pensamos que leemos el Zóhar, la Torá o las palabras de Rashí y las entendemos; pero lo que estamos entendiendo es realmente una sabiduría disminuida y cubierta. ¿Qué fue lo que Moshé les enseñó a los israelitas a lo largo de sus cuarenta años de liderazgo? No quiero decir que fue una versión vulgarizada, sino que les enseñó la única versión que ellos y nosotros podíamos entender. Por ello, lo que sentimos en este mundo, aun al escanear el Zóhar, incluso al oír las palabras de Moshé, es una versión sencilla.
Los kabbalistas enseñan que cuando Moshé estaba en sus últimos días en este mundo, el Creador dijo: “Te voy a entregar todo a ti”. Y sabemos que Moshé recibió las 49 puertas de Biná, las 49 Puertas de Sabiduría, y que la Quincuagésima Puerta fue revelada a él en este día, mientras partía de este mundo. Cuando Moshé estaba conectado con ese plano, ya no podía hablar a nadie más porque el marco de referencia que los israelitas tenían era completamente distinto a la verdad.
Así que, cuando Moshé dice: “Ya no puedo hablarles; ya no puedo enseñarles” no es debido a que ha perdido algo, sino más bien se debe a que lo ha recibido todo y por ello les dice: “No pueden entender ni una palabra de lo que digo porque ahora tengo la sabiduría real. Me encuentro en la Quincuagésima Puerta y debido al lugar en donde se encuentran, lo que diga no tendrá sentido para ustedes porque viven en el plano de la ilusión”. Sí, durante esos cuarenta años Moshé pudo simplificar y revestir sus palabras al hablar a los israelitas en el desierto y al hablarnos a nosotros, pero en su último día los velos fueron levantados y Moshé obtuvo la visión real y la sabiduría verdadera. Por ello dijo a los israelitas: “No hay nada que pueda darles, porque ustedes viven en el plano de la ilusión”.
Vivimos cada momento de cada día dentro de este plano de ilusión y lo creemos. La sabiduría y el entendimiento que pensamos que tenemos, dentro de ese marco de referencia, son una mentira. Cualquier cosa que pensamos que extraemos del Zóhar mientras aún residimos en la ilusión de este plano físico es muy limitado. Por supuesto que cada conexión con el Zóhar revela una gran Luz; pero ¿acaso esto es la Luz real, la conexión real con el Zóhar y una conexión real con Moshé? Moshé dijo: “Debido a donde se encuentran, no puedo explicarles nada. No puedo enseñarles nada. Cuando estaba en los planos inferiores podía darles todo. Pero mientras permanezcan aún dentro del plano de la ilusión de este mundo, no podrán ver nada de forma clara”.
Tenemos que comenzar con esto. Todo lo que vemos y todo lo que pensamos está basado en la ilusión que hemos creado, en el mundo de ilusión en el que creemos; no podemos ver claramente, no podemos entender correctamente la sabiduría, y eso es lo que Moshé les dijo a los israelitas.
Quiero compartir una historia para profundizar en esta enseñanza:
Existieron una vez dos grandes estudiantes del Maguid de Mezritch, Rav Shmelke de Míkulov (Nikolsburg) y su hermano, Rav Pinjás. Ellos preguntaron al Maguid de Mezritch: 
Cuando una persona ve y pasa por oscuridad, dolor y negatividad, ¿cómo puede bendecir el proceso y experimentarlo como solamente Luz?
El Maguid de Mezritch les respondió: “No soy el indicado para elevarlos a ese estado; vayan donde mi estudiante, Rav Zusha de Anipoli”. Los estudiantes se dirigieron a Rav Zusha y le dijeron que su maestro los había enviado para que les enseñara. Le preguntaron: “¿Cómo podemos llegar a un estado de conciencia en donde veamos negatividad y atravesemos dolor y oscuridad, y lo veamos como una bendición?”. Rav Zusha les respondió diciendo: “No tengo idea de por qué el Maguid de Mezritch los envío hasta acá para que yo les enseñe esta lección; a mí nunca me ha ocurrido nada negativo en la vida”.
Aquellos de ustedes que conocen la historia de Rav Zusha saben que él tuvo una vida muy difícil. 
Era pobre, tuvo problemas con su esposa, y si observaran su exterior verían dolor u oscuridad. Y sin embargo, Rav Zusha dijo: “No sé por qué nuestro maestro, el Maguid de Mezritch, los ha enviado para que yo les enseñe la conciencia de bendición en la oscuridad, tanto en las malas como en las buenas, porque yo nunca he experimentado nada malo”.
Este es el secreto que Moshé quiere entregarnos en este Shabat: existe un estado de conciencia que por supuesto deseamos, pero más que desearlo debemos llegar a él, en este estado de conciencia entendemos que cualquier dolor u oscuridad que atravesemos están construidos sobre el engaño y la ilusión de este mundo.
Moshé les dijo a los israelitas: “He llegado a este lugar ahora (donde se encontraba Rav Zusha) en donde sólo veo Luz; no hay oscuridad, no hay dolor. Quiero ayudarlos a elevarse. Estoy aquí en este Shabat para elevar su Columna Izquierda, o Biná, de donde proviene el juicio, hacia la Columna Derecha, misericordia”. Por ello, en este Shabat Moshé viene y nos dice “Tomen toda su Columna Izquierda, tomen toda su tristeza y oscuridad, y vengan a mi lado, al lugar que sólo ve lo bueno y las bendiciones, que sólo ve la Luz”.  
Primero tenemos que creer que ese plano existe y saber que no sólo es uno de los regalos más grandes, sino también que está disponible para todos nosotros. Rav Zusha y Moshé alcanzaron este estado donde no hubo (y nunca habrá) dolor o negatividad, y debemos saber que en este Shabat Moshé desea entregárnoslo.
Es posible que salgamos de este Shabat y nunca más veamos oscuridad, nunca más sintamos dolor y nunca más permanezcamos en el plano de la ilusión. ¿Es posible para la mayoría de nosotros alcanzarlo? Probablemente no, pero cuánto de lo que recibimos depende de esta conciencia la cual está, desafortunadamente, basada en la ilusión y las mentiras de este mundo. 
En este Shabat podemos pedir tener la conciencia de los justos que sólo ve la Columna Derecha, que nunca ve oscuridad ni negatividad. Y cuando tenemos esta conciencia, toda oscuridad se transforma en Luz y todo juicio es transformado en misericordia. 


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