tema: Conceptos Kabbalísticos |
Publicado en: September 16, 2015
El Shabat que
tiene lugar en los diez días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur
también es llamado Shabat Shuvá: el Shabat del regreso. Este año, es el
Shabat de la porción de Vayélej.
Esta porción contiene dentro
de sí todas las enseñanzas que Moshé nos entregó antes de que partiera de este
mundo. Moshé dice algo muy raro a los israelitas al inicio de la porción: “Hoy
tengo ciento veinte años; ya no puedo salir ni entrar”. ¿A qué se refiere Moshé
cuando dice “ya no puedo salir ni entrar”? Rashí, el gran kabbalista, nos
señala que Moshé está diciendo: “Ya no tengo acceso a la sabiduría; por ello,
no puedo dársela a ustedes”.
Antes de que parta de este
mundo, una persona justa tiene la totalidad de la Luz que reveló. Sabiendo
esto, ¿cómo es posible que Moshé dijera que para él todo estaba bloqueado antes
de que partiera de este mundo? Esto no tiene sentido y no puede entenderse de
manera literal. Así que, ¿cuál es el secreto?
Este mundo es una ilusión.
Expuesto en términos simples, nada de lo que vemos, pensamos o sentimos es
real. Por ejemplo, pensamos que leemos el Zóhar, la Torá o las palabras de
Rashí y las entendemos; pero lo que estamos entendiendo es realmente una
sabiduría disminuida y cubierta. ¿Qué fue lo que Moshé les enseñó a los
israelitas a lo largo de sus cuarenta años de liderazgo? No quiero decir que
fue una versión vulgarizada, sino que les enseñó la única versión que ellos y
nosotros podíamos entender. Por ello, lo que sentimos en este mundo, aun al
escanear el Zóhar, incluso al oír las palabras de Moshé, es una versión
sencilla.
Los kabbalistas enseñan que
cuando Moshé estaba en sus últimos días en este mundo, el Creador dijo: “Te voy
a entregar todo a ti”. Y sabemos que Moshé recibió las 49 puertas de Biná,
las 49 Puertas de Sabiduría, y que la Quincuagésima Puerta fue revelada a él en
este día, mientras partía de este mundo. Cuando Moshé estaba conectado con ese
plano, ya no podía hablar a nadie más porque el marco de referencia que los
israelitas tenían era completamente distinto a la verdad.
Así que, cuando Moshé dice:
“Ya no puedo hablarles; ya no puedo enseñarles” no es debido a que ha perdido
algo, sino más bien se debe a que lo ha recibido todo y por ello les dice: “No
pueden entender ni una palabra de lo que digo porque ahora tengo la sabiduría
real. Me encuentro en la Quincuagésima Puerta y debido al lugar en donde se
encuentran, lo que diga no tendrá sentido para ustedes porque viven en el plano
de la ilusión”. Sí, durante esos cuarenta años Moshé pudo simplificar y
revestir sus palabras al hablar a los israelitas en el desierto y al hablarnos
a nosotros, pero en su último día los velos fueron levantados y Moshé obtuvo la
visión real y la sabiduría verdadera. Por ello dijo a los israelitas: “No hay
nada que pueda darles, porque ustedes viven en el plano de la ilusión”.
Vivimos cada
momento de cada día dentro de este plano de ilusión y lo creemos. La sabiduría
y el entendimiento que pensamos que tenemos, dentro de ese marco de referencia,
son una mentira. Cualquier cosa que pensamos que extraemos del Zóhar mientras
aún residimos en la ilusión de este plano físico es muy limitado. Por supuesto
que cada conexión con el Zóhar revela una gran Luz; pero ¿acaso esto es la Luz
real, la conexión real con el Zóhar y una conexión real con Moshé? Moshé dijo:
“Debido a donde se encuentran, no puedo explicarles nada. No puedo enseñarles
nada. Cuando estaba en los planos inferiores podía darles todo. Pero mientras
permanezcan aún dentro del plano de la ilusión de este mundo, no podrán ver
nada de forma clara”.
Tenemos que comenzar con esto.
Todo lo que vemos y todo lo que pensamos está basado en la ilusión que hemos
creado, en el mundo de ilusión en el que creemos; no podemos ver claramente, no
podemos entender correctamente la sabiduría, y eso es lo que Moshé les dijo a
los israelitas.
Quiero
compartir una historia para profundizar en esta enseñanza:
Existieron una
vez dos grandes estudiantes del Maguid de Mezritch, Rav Shmelke de Míkulov
(Nikolsburg) y su hermano, Rav Pinjás. Ellos preguntaron al Maguid de
Mezritch:
Cuando una
persona ve y pasa por oscuridad, dolor y negatividad, ¿cómo puede bendecir el
proceso y experimentarlo como solamente Luz?
El Maguid de
Mezritch les respondió: “No soy el indicado para elevarlos a ese estado; vayan
donde mi estudiante, Rav Zusha de Anipoli”. Los estudiantes se dirigieron a Rav
Zusha y le dijeron que su maestro los había enviado para que les enseñara. Le
preguntaron: “¿Cómo podemos llegar a un estado de conciencia en donde veamos
negatividad y atravesemos dolor y oscuridad, y lo veamos como una bendición?”.
Rav Zusha les respondió diciendo: “No tengo idea de por qué el Maguid de
Mezritch los envío hasta acá para que yo les enseñe esta lección; a mí nunca me
ha ocurrido nada negativo en la vida”.
Aquellos de ustedes que
conocen la historia de Rav Zusha saben que él tuvo una vida muy difícil.
Era pobre, tuvo problemas con
su esposa, y si observaran su exterior verían dolor u oscuridad. Y sin embargo,
Rav Zusha dijo: “No sé por qué nuestro maestro, el Maguid de Mezritch, los ha
enviado para que yo les enseñe la conciencia de bendición en la oscuridad,
tanto en las malas como en las buenas, porque yo nunca he experimentado nada
malo”.
Este es el secreto que Moshé
quiere entregarnos en este Shabat: existe un estado de conciencia que por
supuesto deseamos, pero más que desearlo debemos llegar a él, en este estado de
conciencia entendemos que cualquier dolor u oscuridad que atravesemos están
construidos sobre el engaño y la ilusión de este mundo.
Moshé les dijo a los israelitas:
“He llegado a este lugar ahora (donde se encontraba Rav Zusha) en donde sólo
veo Luz; no hay oscuridad, no hay dolor. Quiero ayudarlos a elevarse. Estoy
aquí en este Shabat para elevar su Columna Izquierda, o Biná, de donde
proviene el juicio, hacia la Columna Derecha, misericordia”. Por ello, en este
Shabat Moshé viene y nos dice “Tomen toda su Columna Izquierda, tomen toda su
tristeza y oscuridad, y vengan a mi lado, al lugar que sólo ve lo bueno y las
bendiciones, que sólo ve la Luz”.
Primero tenemos que creer que
ese plano existe y saber que no sólo es uno de los regalos más grandes, sino
también que está disponible para todos nosotros. Rav Zusha y Moshé alcanzaron
este estado donde no hubo (y nunca habrá) dolor o negatividad, y debemos saber
que en este Shabat Moshé desea entregárnoslo.
Es posible que salgamos de
este Shabat y nunca más veamos oscuridad, nunca más sintamos dolor y nunca más
permanezcamos en el plano de la ilusión. ¿Es posible para la mayoría de
nosotros alcanzarlo? Probablemente no, pero cuánto de lo que recibimos depende
de esta conciencia la cual está, desafortunadamente, basada en la ilusión y las
mentiras de este mundo.
En este Shabat
podemos pedir tener la conciencia de los justos que sólo ve la Columna Derecha,
que nunca ve oscuridad ni negatividad. Y cuando tenemos esta conciencia, toda
oscuridad se transforma en Luz y todo juicio es transformado en
misericordia.
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