Por Ngari
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Amados hijos.
Sé que no hace mucho, os he informado que los sucesos están a la vuelta de la esquina. Me duele volver a repetirles que deben empeñarse en estar conectados y en unión entre ustedes, y con el espíritu. La unión de todos se hace ahora, aún más imprescindible. Estamos en la recta final. Ya no hay más tiempo para “dejar para más tarde”… Todos mis hijos han sido avisados. A todos les llegan mis palabras, de un modo o otro. No hay más como eludir lo que llega. Y llega para todos, indistintamente.
Yo Soy María, reina de los Cielos y de la Tierra. Y quiero que todos mis Amados hijos se eleven junto con el planeta. Es mi deseo que de ahora en adelante, dejen a un lado, aparcado, todo lo que no sea imprescindible. Tengan en mente que ya no es momento para merodeos, o para actuar, o para reaccionar. Es un tiempo de silencio. De oración. De meditación. De volcarse en su interior, y en suave expectativa, oír nuestra voz a través de su corazón.
Todo que no sea imperativo, puede y debe esperar. Porque después de pasados los eventos, ya nada será como antes y ya habrán perdido toda la importancia que le atribuían. Mis niños amados. Toda la vieja energía habrá desaparecido del planeta. Y con ella, todas las instituciones, y absolutamente todo lo que no esté alineado a la nueva energía, desaparecerá. Comprendan que todo lo que era animado u abastecido por la antigua energía, no tendrá como sobrevivir.
Y la nueva energía es una de muy rápida vibración. Tienen que alinearse con ella. La paja y el trigo ya están en sus respectivas ubicaciones. No hay equivocación posible. Quiero a todos mis hijos en Unión, para que podamos todos celebrar lo que viene. Yo Soy su Madre María y os dejo con el fuego ardiente de mi amor por todos y cada uno de ustedes.
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