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sábado, 19 de octubre de 2013
AUTISMO (NIÑOS CRISTAL) Y EL AUTISMO ENERGÉTICO
por Eugenia Ventrici el septiembre 24, 2013
AUTISMO Y OTRAS DEPENDENCIAS
Actualmente estamos en un tiempo donde muchos niños nacen con diferentes tipos de dependencias que en la mayoría de los casos no comprendemos o nos cuesta entender. Entre ellas el autismo o las minusvalías psíquicas son las más generales.
La experiencia de vida de una dependencia desde el nacimiento de este tipo es algo muy reciente en la historia de la humanidad. Hasta hace muy poco la ignorancia o la falta de medios hacía que no se aceptasen los niños que nacían con algunos problemas, los cuales eran rechazados desde el nacimiento. Un ser de luz, por esta razón, no podía escoger una vida de dependencia pues rápidamente tras nacer moriría abandonada o sacrificada de algún modo. Además, la falta de medios e higiene hacía que una persona con un problema físico grave tampoco pudiese sobrevivir mucho tiempo.
Para poder vivir una experiencia de vida parecida era necesario nacer sano, vivir una serie de experiencias en la vida, posteriormente tener algún tipo de accidente que nos invalidase, y ahí comenzar la etapa de dependencia, una etapa que no podía alargarse mucho pues, como he dicho, la falta de medios o la ignorancia hacían que una persona dependiente no pudiese vivir mucho tiempo.
Actualmente esto no es así, y este cambio permite que desde otros niveles de conciencia se pueda elegir un tipo de vida de entrega. Las personas desde su alma eligen nacer unidas a otras y vivir las experiencias que vivimos y, en muchas ocasiones, seres de luz desean vivir la experiencia del sacrificio y la entrega constante. Es una vida de dar, muy valorada en niveles superiores de conciencia pues nos otorga una experiencia y un aprendizaje de humildad muy altos. Se acuerda con otra u otras personas, quienes nos ayudan a poder llevar esa vida, y por lo general en bastantes más ocasiones es el cuidador quien elige este tipo de vida que aquellos que sufren la minusvalía o la enfermedad.
El contrato se realiza con un hermano o hermana de luz y ambos están de acuerdo en llevar juntos esta vida, así el aprendizaje será mutuo. Para quien vive dependiente no hay dolor, no hay pena y todo su aparente sufrimiento está suavizado desde otros niveles, pues se trata de sufrimiento innecesario. El motivo de su vida no es sufrir sino acompañar y dejarse amar de forma ilimitada. Así la persona no vive el dolor igual que cualquier otra persona, ni tampoco sufre el sentimiento de abandono, de miedo… el acompañamiento y sanación angélica es constante durante toda la vida, también la limpieza de corazón y del alma; las personas que están a su lado pueden percibir este acompañamiento y esa luz dándose cuenta de lo especial de la persona, de su pureza y de su brillo y cómo esto se mantiene a lo largo de los años.
En el caso del AUTISMO, energéticamente lo que ocurre es que la persona, todo su ser de luz o la mayor parte, está “fuera” del cuerpo. Él no toma el control de la vida, por ello no se comunica con el exterior, ni lo comprende ni forma parte de él, actúa como espectador pasivo. El cuerpo físico lo podemos ver como un traje, y el niño autista decide no ponerse el traje. Sitúa su ser al margen de este cuerpo físico, ya sea detrás o por encima, normalmente a escasos metros, hasta 4m de distancia, de tal forma que pueda ver todo lo que ocurre y actuar en caso que sienta la necesidad, pero no llega a situarse en sí mismo, apartándose continuamente de la acción, aunque no de las personas.
Podemos imaginar que vamos conduciendo un coche y astralmente nos colocamos en el asiento trasero mientras nuestro cuerpo continúa conduciendo de forma automática, podemos observar como nuestros impulsos continúan conduciendo sin que nada tengamos que hacer nosotros. Lo mismo ocurre con otras personas que se acercan al conductor, le hablan, le abrazan incluso, pero no reciben respuesta nuestra, ni si quiera nos ven porque nosotros estamos en el asiento trasero, no en el cuerpo.
La diferencia en el autismo y en ciertas minusvalías psíquicas donde ocurre algo similar con lo que podamos sentir en esta imagen de nosotros fuera de nosotros mismos, es que el ser de luz de esos niños se mantiene tan puro que puede sostener un contacto angélico constante, lo que impide que se sienta triste o alejado de la realidad. Simplemente comprende o cree que la realidad hay que observarla así, desde fuera, como un espectador pasivo.
Desde el corazón no hay dolor ni pena, pues sienten a la otra persona y pueden comunicarse con ella internamente, pero será muy difícil obtener una respuesta física pues por lo general las personas no podemos sostener una comunicación interna con normalidad, pero el ser de luz continuamente está a nuestro lado, comunicándose. No dan mensajes mentales ni emocionales, simplemente son mensajes de amor, de complicidad, de cariño…
En aquellos momentos que sí se logra comprender esos lazos íntimos, aparece un sentimiento de compenetración, de escucha. Son momentos muy especiales en que todos los que conocen o conviven con personas “alejadas de sí mismas” han sentido alguna vez. Momentos de lucidez y compenetración.
Claramente esos niños son cristal, igual que los niños con ciertas discapacidades psíquicas. Los niños índigo son guerreros, no vibran en el rayo rosa del amor. Son guerreros y vienen a cambiar y equilibrar, no a sanar emociones y amar. Luego, un niño índigo, puede convertirse en niño cristal.
Los niños autistas, y las personas con esta capacidad de retroacción, son personas que vibran en el rayo rosa del amor. Se basan de este sentimiento para dar y tomar de los demás. No necesitan las experiencias, ni las demostraciones, ni las palabras, ni mucho menos el contacto. Pueden comunicarse abiertamente con otros niños y adultos de todo el planeta a través de su alma y su corazón.
Para trabajar con estos niños es bueno trabajar internamente primero, comprenderse a uno mismo y comprender aquellos bloqueos que no permiten ver en esa persona al maravilloso y sabio ser que es.
En general, MUCHAS PERSONAS PRESENTAN SÍNTOMAS DE
AUTISMO ENERGÉTICAMENTE, se despiertan ajenas a la vida o no se enfrentan a la realidad apartándose de los problemas o las situaciones difíciles, justificándose de mil maneras o alejándose de las personas amadas. Energéticamente ocurre lo mismo que en un autismo severo, el ser de luz consciente huye de la realidad, se aparta de ella y la persona pierde la mayor parte de la conciencia mientras actúa o piensa. Comienza a actuar de forma monótona, semidormida y sin pensar en nada claro.
El por qué en estas situaciones es un tanto diferente al autismo, se trata de que la persona parte de una experiencia en la vida anterior dura, una experiencia aun sin sanar en su corazón, y cuando se enfrenta a una situación difícil se aleja y decide no vivir la realidad, sino observar como la vida cruza ante sus ojos esperando que lleguen momentos más tranquilos o hermosos.
Actualmente este hábito es muy común, dejar la conciencia a un lado para ver pasar la vida es algo que todos debemos evitar. La vida depende en gran medida de cómo la sintamos y cómo nos esforcemos en actuar y vivir en ella. Permitir que todo se haga solo es abandonar las riendas de la vida a la suerte y el azar. Es abandonarnos a nosotros mismos y abandonar la conciencia permitiendo que cualquier ser, persona o medio nos dirija y nos controlen.
La mayoría de las personas buscan este recreo constante para huir de la realidad a través de la tv, cine, fiestas nocturnas, medios de comunicación masivos, videojuegos, drogas, relaciones pasionales, consumismo… Todo consiste en abandonarnos, en evadirnos y buscar la forma de no enfrentarnos a la realidad. Esta práctica no ayuda a controlar la vida o a sanarla, sino al contrario, nos da una idea falsa de quienes somos nosotros, de lo que es la vida y de la conciencia.
COMUNICACIÓN
Igual que con otras personas, los niños autistas o con minusvalías psíquicas son completamente seres conscientes y podemos comunicarnos con su alma, pero previamente debemos trabajar este tipo de comunicación interna. Así podemos llegar a sentir y comprender lo que les inquieta, qué sienten, si sienten dolor, qué les gusta comer, si tienen sed… más allá y de una forma más significativa, cuál es el motivo de su vida, los lazos de luz que les unen a la vida, su misión de luz con las personas cercanas…
La telepatía para comunicarnos con ellos es muy diferente a la que se pueda aprender en el pasado pues no se trata de una telepatía mental sino de una comunicación del corazón.
El ejercicio que presento es muy sencillo, consiste en entrar en nuestro propio corazón, apaciguarnos y sentirnos desde aquí, comprendernos y observarnos por unos instantes. En muchas ocasiones podemos sentir una ventana hacia los ángeles que nos acompañan en este viaje a nuestro interior e incluso comunicarnos con ellos.
A partir de aquí, llamar internamente al ser con quien queremos comunicarnos y sentirle. No se trata de preguntar como si se tratase de una canalización sino de percibirlo y sentirlo. Esa persona está en nuestro corazón, es un hermano de luz, lo amamos, sentimos por unos instantes ese amor mutuo, ese reconocimiento y nos mantenemos en él. Ese sentimiento, esa energía es comunicación directa y en ese estado, sin más, sin provocar cambios ni intentar nada, ya podemos “adivinar” las respuestas que anhelamos.
En esquema sería:
1. Relajación
2. Entrar en nuestro corazón (mentalmente o centrándonos en sentir el corazón)
3. Observarnos por unos instantes
4. Llamar internamente al ser de luz de aquella persona con quien nos queremos comunicar o a su alma
5. Percibir y sentir a ese alma
6. Meditar en esta comunicación o este encuentro de luz
Existen muchas formas de entrar en nuestro corazón y comunicarnos telepáticamente desde este nivel, pero todas las formas tienen una base y es la CONCIENCIA DE QUE NOSOTROS Y EL OTRO SOMOS UNO, somos hermanos de luz y ESTAMOS UNIDOS POR EL CORAZÓN, por eso nos podemos encontrar en el corazón. No hay velos que nos oculten al otro porque somos el otro, tampoco hay nada que podamos ocultarle al otro porque el otro es nosotros, LE AMAMOS Y NOS AMA. Y AQUÍ, EN ESTE PUNTO, EN ESTE SENTIMIENTO, LA COMUNICACIÓN ES INMEDIATA. Nos hacemos transparentes para el resto, pero ellos, quienes también son transparentes para nosotros pues los reconocemos desde el corazón.
A través de esta comunicación podemos llegar al interior de la persona amada y comprenderla, no cambiarla ni intentar dirigirla, eso es otro tipo de vibración y conciencia basada en el ego. Lo que hacemos es sentirla, ayudarla, aportarle nuestra luz y comprensión… El alma del otro nos mostrará con detalle cómo se siente, de dónde surgen sus problemas, por qué estamos junto a esa persona, qué tenemos que aprender o qué tenemos que aportarle. También nos puede llevar a sus vidas pasadas y a esos momentos donde comienza la situación que vive, incluso mostrarnos su ser estelar o su misión de vida.
El recordar más o menos de esta experiencia o meditación depende de lo que nosotros necesitemos en nuestro día a día y lo que cada uno pretenda hacer con esta información. Por ejemplo, una persona que utilizaría la información en beneficio propio o se sentirá mal al comprender las vidas pasadas del otro, rápidamente olvidará lo que le ha ocurrido en la meditación. Lo normal es sentir el corazón del otro, sentir la compenetración y según se trabaja ir viendo y recordando más detalles de esta comunicación sagrada.
Es difícil el primer día aprender a identificar qué alimentos no le gustan, pero según entramos en comunicación intima con el otro podemos llegar a estos detalles con claridad y seguridad.
A veces podemos ver que el ser de luz se encuentra mucho más alejado de lo que esperábamos, a veces incluso lo vemos venir “de lejos” como viajero en el tiempo y el espacio, y comprendemos que ese ser casi nunca está aquí. Esto ocurre cuando accedemos a una conciencia bastante despierta del otro en vez del alma, yo lo llamo el Yo Consciente, y puede ocurrirnos en casi todos los niños menores de 7 años, y muchos adultos incluso. Significa que la persona apenas es consciente de sí misma, sino que vive en un sueño de realidad.
Normalmente las personas no están en sí mismas, pero la parte que debería vivir en ellas, la que controla la vida y la maneja, debe estar íntegramente en sí, cuando no es así la persona aparece como dormida, ajena a lo que ocurre, despistada… Parece que no se despertó de la cama o que actúa mecánicamente. Esto ocurre con todas las personas, la diferencia es que un autista siempre está fuera de sí.
La pregunta habitual es en qué afecta el trabajar esta comunicación en la persona con quien nos comunicamos.
Realmente cuando nos comunicamos con una persona por su corazón le estamos dando razones para “volver en sí”, para entrar en el cuerpo y vivir la vida, se le muestra que existe algo valioso en esta realidad. En muchos casos se puede observar como el autista comienza a comunicarse, a lo mejor no de una manera fluida pero se sentirá una diferencia importante. A veces simplemente es la comprensión de lo que ocurre por nuestra parte lo que agiliza la forma de entender la vida y superarla.
También es importante comprender que la persona está viviendo una experiencia planificada desde un estado superior de conciencia y son aquellas personas con quienes convive quienes deben realizar este trabajo. Un terapeuta con cierta habilidad puede ayudar en gran medida para despertar algún tipo de comunicación o intercambio consciente, pero es necesario que sean los padres, aquellas personas con quienes se ha planificado el karma, quienes inicien y lleven a cabo esta tarea. No es adecuado intervenir en el karma ajeno y menos por petición de la mente o el ego, es el corazón quien debe guiarnos a esta respuesta.
En aquellos casos que el terapeuta reciba un tipo de tarea similar, puede entrar en contacto con el ser de luz de los padres, el de la persona en concreto, y a partir de esta comunicación determinar qué es lo más adecuado.
Lo mismo, he de decir que es posible “recolocar” el cuerpo de luz de la persona autista o de la persona que no acaba de involucrarse en su realidad en el mismo cuerpo físico, lo cual cambia en gran medida la experiencia de vida, pero esto sólo se debe hacer en aquellos casos que se nos pida y con permiso del alma de la persona.
Este tipo de comunicación podemos realizarlo con todas las personas, en aquellas personas que no sufren ningún problema o evasión, cuando nos comunicamos con ellas de esta forma, las estamos ayudando a asentar su energía celeste en la Tierra, lo que las agiliza en su proceso de despertar. A la vez que ayudamos a limpiar su corazón permitiendo que ellas también puedan comunicarse de igual manera.
Os animo a hablar al corazón, a expresaros de corazón a corazón, con sencillez primero, eliminando todas aquellas palabras y todos aquellos datos, emociones o intenciones que no sean puras o nazcan del corazón, eliminando lo superfluo y dirigiéndonos al SER del otro y no a su conciencia dormida. Así encontraremos sentido a la comunicación y poco a poco podremos ver en el otro un ser consciente, amoroso y perfecto.
Con todo mi amor
Altaír García
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