por José García
Álvarez el febrero 1, 2014
EL PAPA FRANCISCO PONE EL DEDO EN
LA LLAGA, TOCA HACER LIMPIEZA Y QUE LOS CURAS NO SE CONFUNDAN CON
SUS “LICENCIAS”
enero 6, 2014 por Preston
Los primeros 9 meses de pontificado del nuevo Papa de la
Iglesia Católica, parece ser que han sido como un embarazo, porque el Papa
Francisco tras el parto, empieza a poner los puntos sobre las ies. Nueve meses
ya han pasado y lo que se ha encontrado el Papa Francisco, parece ser que mucho
no le ha gustado.
La iglesia que le ha nombrado el nuevo Pontífice, no está
solamente oxidada, está completamente podrida, corrompida y satanizada. Pero
hasta ahora todo cardenal y obispo callaba, todos estaban enfermos por querer
más materia, en lugar de querer tener más conciencia. Desde que fue elegido
líder de la Iglesia católica en marzo de 2013, Francisco ha instado a
sacerdotes, monjas y obispos a pensar menos en sus carreras en la Iglesia y a
escuchar con mayor atención, especialmente a los más necesitados. El pontífice,
que ya ha sido apodado como ‘el papa de los pobres’, es conocido por haber
enviado dinero a los jubilados y a los inmigrantes con necesidades económicas,
así como por acariciar y apiadarse de los enfermos. Según leemos en el ‘The
Huffington Post’, Francisco podría llegar a salir de incógnito del Vaticano
para ayudar a los pobres.
El papa Francisco ha señalado que los seminaristas que
aspiran a ser ordenados sacerdotes deberían ser debidamente educados, ya que,
si no, la iglesia se arriesga a crear “pequeños monstruos” más preocupados por
sus carreras que por los pobres
Por otra parte, también el diario italiano
‘Caviltá Cattolica’ ha publicado un texto sobre la reunión de tres horas que el
papa argentino mantuvo a puerta cerrada con responsables sacerdotales de todo
el mundo a finales del pasado mes de noviembre: “La formación [de los futuros
sacerdotes] es una obra de arte, no una acción policiaca. Tenemos que formar
sus corazones, de lo contrario creamos pequeños monstruos. Y después, estos
pequeños monstruos forman al pueblo de Dios. Esto realmente me pone la piel de
gallina”, declaró el papa argentino. Además, Francisco dijo que los sacerdotes
deberían dejar la comodidad y mezclarse con los marginados de la sociedad,
puesto que, de lo contrario, se arriesgan a convertirse en “ideólogos
abstractos”.
Estas pasadas navidades, el papa Francisco apareció ante
unas 70.000 personas en el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde
había hablado por primera vez en calidad de Sumo Pontífice el 13 de marzo, y
apeló a la unión de los ateos con los creyentes y también instó que el medio
ambiente fuera salvado de la avaricia y voracidad humana. El líder de los
católicos, cuyo número asciende a unos 1.200 millones, impartió por primera vez
la tradicional bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y el mundo) dedicada a la
paz. “La paz es un compromiso diario. Es una paz que se hace en casa”. Pidió a
los fieles de otras religiones orar por la paz y, tras apartarse de su texto
preparado, instó a los ateos a que se junten a los piadosos con ese fin, lo que
provocó un aplauso continuado de la multitud.
Además, el papa Francisco rezó por la “armonía social en
Sudán del Sur, donde la tensión ya ha causado muchas víctimas y amenaza a la
coexistencia pacífica en ese país”. El Sumo Pontífice pidió que las
negociaciones pacíficas pusieran fin a los conflictos de Siria, Nigeria, la
República Democrática del Congo e Irak y un “resultado favorable” para el
diálogo de paz entre palestinos e israelíes.
“¡Las guerras devastan y
perjudican tantas vidas!”, afirmó el papa Francisco, agregando que las víctimas
más vulnerables eran los niños, los mayores, las mujeres y los enfermos. La
apelación del Sumo Pontífice a los escépticos y a los creyentes de otras
confesiones supone un contraste con su predecesor, Benedicto XVI, quien alguna
vez dejó a los no católicos como fieles de segunda clase.
Es de celebrar que un Papa “toque con los pies al suelo”
y empiece a limpiar y purgar una institución que se estaba quedando sin socios
y sin simpatizantes. El problema es que no sabemos si la limpieza de tanta
mierda, ha empezado demasiado tarde, o el Papa Francisco aún está a tiempo de
poner a flote este naufragio de violadores y malvados. Solo pedimos que pueda
realizarlo y que no le suceda lo que siempre ha sucedido en estos casos: se lo
cargan y ponen a otro. El último que intento algo, su pontificado duro
solamente 33 días. El Papa Francisco ya lleva 9 meses y desde aquí le deseamos
que pueda terminar de una santa vez estas reformas tan necesarias.
En nuestro
querido planeta tenemos de todo, el problema es que está mal repartido.
PAZ, PAU, PEACE
Johnny McClue
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