LOS JINETES DE CRISTO Marc CRISTO 3
octubre 2014
SÁBADO, 2 DE JULIO DE 2016
Los Jinetes
del Cristo
Bienamados,
los Jinetes del Cristo son aquellos que representan, en su Pureza y su
Integridad, la fuerza del alma que, a la vez, ha sabido guardar los cuatro pies
sobre la Tierra anclados en cada uno de los Cuatro Elementos, y se mantienen
erguidos en Él, montándolos y casándolos con toda su Fuerza y con toda esta
flexibilidad, que es la del junco que se levanta de la tierra casándose con el
viento.
Ser mi
Caballero es solamente andar a caballo sobre nada más que esta diligencia que
consiste en casarse con la carrera de los Jinetes sueltos a toda velocidad, y
no dejarse arrastrar por ellos. Ya que cuando asienta el trono en los Cuatro
Jinetes, verdaderamente, realmente, entonces ese trono se vuelve una silla, el
trono de Aquel que monta el Amor, y la barquilla de Aquella que se eleva en la
Danza del Fuego del Amor.
El Caballero
del Cristo abraza con la mirada toda la Creación y su galope es una carga que
traspasa la ilusión. Esta Caballería ligera a la potencia del León que viene a
rugir y mostrar su melena, en el recordatorio del maestro Semental, ya que los
infantes deben acordarse que su marcha a pie solo es una marcha altanera, donde
las huellas de sus pies se arrastran en la superficie. Y que solo marchan a los
pies de las Madejas que sostienen el segundero del tiempo y la carrera de los
siglos, cuyo desfile se detiene en el segundo donde el mecanismo de escape
libera de su ronda las agujas del cuadrante, para que suenen a la Ronda, el fin
del encierro del tiempo de vuestro mundo.
Entonces, la
Caballería galopa, melena al viento, y el ruido de los cascos es el Reloj del
Tiempo nuevo, que reduce a nada la impostura donde dominaban los maestros
cantores de guantes blancos, emanando el olor de la peste.
Entonces, el
Caballo Blanco, maldito sea el que piensa mal, las tropas viene a encender de
ardor, para que avancen y se lancen como una flecha lanzándose hacia el Cielo y
volviendo a Tierra, para entonar su Canto que traspasa los Corazones.
Y el campo de
batalla, entonces, se desinfla como un globo ilusorio que sus flechas vienen a
reventar, desmontando la impostura de aquellos que solo tienen las riendas de
la mentira, y poniendo fin al sueño de los pueblos dormidos para que se pongan
de pie y vuelvan a retomar las riendas, para casarse con el viento que viene a
llevarse todo lo que estaba delante de vuestra Eternidad.
Entonces, el
Caballo blanco, montando el espacio-tiempo, se encabrita en un grito de inmenso
Contento, que despierta a la Vida y en su Corazón ardiente los Hijos del Amor
liberados de Satán, al que pisotea los hierros de sus cascos ardientes.
Entonces,
Cristo Rey, resplandeciente de Luz, anuncia su Presencia a la humanidad entera,
y se vuelve hacia el Padre en Caballero sirviendo para entregarle las llaves de
las prisiones donde se pudren, en el fondo del Precipicio, aquellos cuyo
encierro es la manera de vivir, para que en el fin de los tiempos solo
permanezca la Risa cristalina de los Hijos de la Tierra reconquistada.
Yo soy CRISTO,
y sello en este día la salida de Satán. Y pongo nuevamente en su silla a mis
Caballeros Amantes para la última Cruzada que es poner en Orden y en la Cruz
del Corazón a este mundo engañoso, para que ellos se unan a la Verdad donde
ninguna sombra puede inmiscuirse para desviar los Corazones.
Yo soy CRISTO,
y les digo : yo llego sobre mi Caballo Blanco para celebrar a coro la Alianza
de los Corazones Ardientes, cuyo galope aplasta a los saboteadores bajo sus
cascos marcando el Triunfo del Amor y de todos sus Hijos.
Yo los amo, y
los honro en lo que se cumple en esta Fraternidad de los Corazones de los
Caballeros Amantes, en este instante de Gloria, en la Vida eterna.
Fuente : www.accordanceaucoeur.com
Transmitido
par Marc
Traducción:
A.I.
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