domingo, 9 de septiembre de 2012

FALSOS PROFETAS

Y llegamos ahora a una parte de la canalización en la que se pide a mi socio que sea muy claro, porque lo que sigue tiene el potencial de ser confuso al ser traducido. Hemos esperado hasta este momento con esta energía y la claridad de esta isla, para que fluya la integridad al responder a una pregunta que quizá no se habría podido contestar en otros lugares de energía. La pre­gunta está llena de energía potente, y tiene ramificaciones que son grandes y planetarias. Se trata, sin embargo, de una pregunta sencilla, y les pedimos paciencia mientras la explicamos. Pues las palabras que se van a pronunciar aquí serán transcritas y pu­blicadas, y la pregunta es demasiado importante como para que no se haga así. Esta es la pregunta: «Kryon, se nos ha dicho que en el final de los tiempos habrá falsos profetas. Aquí está el final de los tiempos, atestiguado por su información sobre el final de los tiempos. ¿Es usted, por tanto, un falso profeta? Además, otros profe­tas anteriores nos han dicho que si al falso profeta se le pregunta si es falso, mentirá. ¿Cómo podemos saber que no está usted min­tiendo si nos dice que es real?». ¿Se dan cuenta, queridos míos, de las ramificaciones que tiene esta pregunta? ¿Y de lo que puede significar para quienes creen en una fe diferente y de muy distin­ta forma? El principio de la respuesta a esta pregunta exigirá que eche­mos manos de un antiguo rompecabezas de la Tierra, ya conoci­do por aquellos que gustan de realizar ejercicios de lógica, pues la lógica juega una parte importante en la respuesta a su pregun­ta (como debiera ser). Les pedimos paciencia mientras les lleva­mos a través de este rompecabezas mental, pues tiene importan­cia para toda la respuesta. Imagine que camina a solas por un camino. Delante de usted se encuentra con dos hombres sabios. Para poder continuar su camino, según dice el acertijo, es necesario que usted conozca los atributos de estos sabios. Resulta que uno de ellos dice la verdad y siempre tiene que decir la ver­dad. El otro es engañoso, y siempre le engañará, al margen de lo que usted le pregunte. Ahora bien, sigue diciendo el acertijo, tie­ne que hacerle a uno de ellos una pregunta que pueda contestar con un «sí» o un «no». Al hacerlo así, la pregunta que le haga le dejará al descubierto los atributos de cada uno de ellos. Muchos de ustedes se encuentran metafóricamente en esta co­yuntura de sus vidas. Con todo el amor y la inocencia de espíritu, se encuentran ante numerosos hombres santos, a los que pregun­tan si tienen la verdad. Por lo tanto, el rompecabezas no les es ajeno del todo. Este es un acertijo lógico difícil para muchos, puesto que si plantean una pregunta al que dice la verdad, como por ejemplo: «¿Es usted el que dice la verdad?», él le contestará que «sí». Y si le hacen la misma pregunta al que engaña, éste, naturalmente, le mentirá y también le dirá que «sí». Así pues, con esa pregun­ta no habrá conseguido ningún resultado. La pregunta, por tanto, tiene que estar estructurada de una forma que busque con ante­lación una respuesta afirmativa o negativa que deje al descubier­to los atributos de la persona a la que se dirige. Les indicaré ahora la sencilla pregunta que ha de plantearse en un caso así. Al acercarse a cada hombre santo, deben decirle lo si­guiente: «Querido señor, si le preguntara al otro hombre santo que le acompaña si es usted el engañoso, ¿me diría que sí?». Por la respuesta que le diera cada uno de ellos sabría usted que el «sí» o el «no» quién es exactamente el que tiene delante. Los atributos de cada uno de ellos exigen que uno tenga que decir «sí» a esa pregunta, y el otro tenga que contestar «no». Reflexione sobre esto para ver cómo funciona. Sitúese en la posición de cada hom­bre para comprender lo que significa un «sí» y lo que significa un «no» por lo que se refiere a los atributos de quiénes son. Si se encuentra delante de quien dice la verdad, este le contes­tará «sí», pues tiene que decirle la verdad acerca de lo que ocurri­ría. Si se encuentra ante el engañoso, tendrá que contestar «no», pues se ve obligado a mentir acerca de lo que contestaría el que dice la verdad. ¿Qué les dice entonces este acertijo que pueda tener importancia en cuanto se refiere a la falsedad o no falsedad del Kryon? Es un paradigma para usted buscar aquello que le ayude a plantear la pregunta. Examinemos brevemente en qué consiste el acertijo, Pues recuerde que antes tiene que encontrarse a solas en su camino buscando la verdad. Eso significa que si ya tuviera en el bolsillo a un hombre santo, su actitud sería sesgada. Y si cree una ver­dad y tiene un sesgo, siempre se estará preguntando si la contesta­ción que recibe es la correcta, al margen de lo que le pregunte a cualquiera. Así pues, el primer atributo para usted consiste en encontrarse en una posición de claridad y de búsqueda, es decir, no ocupar ya un lugar en el que conozca toda la verdad. Un verdade­ro investigador será neutral, y no un creyente en otro hombre san­to. Eso eliminará inmediatamente a muchos de aquellos que serí­an capaces de preguntar. A continuación, consideremos la forma en que se ha plantea­do la pregunta. ¿Se da cuenta de la importancia de que estos dos sean hombres santos? Pues aunque uno de ellos es engañoso, el Espíritu lo considera como un hombre santo. Eso es algo que tie­ne que considerar. ¿Qué ha aprendido con este acertijo? El acer­tijo dice que no sólo debe examinar los atributos de cada hombre santo, sino que tiene que preguntarle al uno acerca del otro. Así, ahora se encuentra sentado delante de Kryon. No está sentado de­lante de los demás. Por lo tanto, Kryon no puede contestar por los demás, pero sí puede contestar como Kryon. Permítanme comentar algunos de los atributos de la energía de Kryon, y algu­nas de las formas en que se contestaría la pregunta si Kryon fue­ra uno de los dos hombres santos. Busque cuidadosamente los atributos del trabajo de Kryon, pues ahí se encuentra la respuesta a su pregunta. Esta noche les ofrecemos información para su co­razón. No le pedimos que se una a ninguna organización. Eso no quiere decir, sin embargo, que el unirse a una organización sea juzgado como algo erróneo. Sólo estamos diciendo que Kryon le ofrece información, y no un sistema al que debe usted unirse. Kryon no construye iglesias. Kryon no le pide que asista a reu­niones si no tiene la voluntad de hacerlo. A través de la intencio­nalidad, las reuniones se celebran en lugares extraños y en mo­mentos insólitos, de modo que puede usted acudir si quiere, o no hacerlo. Así pues, no existe ningún programa. Kryon tampoco expone ninguna doctrina que se le pida creer de una forma deter­minada. Se limita a impartir información de la Nueva Era, y le invita a sentir la energía del amor y a descubrir quién es usted. Kryon no le pide que se desprenda de su abundancia. Eso, sin embargo, no quiere decir que aquellos que le piden que se desprenda usted del diezmo sean juzgados como equivocados. Kryon no le pide que se desprenda del diezmo de su abundancia para entregárselo a él, y por primera vez le decimos lo siguiente: que el Espíritu le pide que la abundancia que usted obtenga sea para sí mismo. Y le decimos por primera vez que en la nueva energía sería apropiado dejar de lado partes de su abundancia para rega­larse a sí mismo de una manera mensual y regular. Regale a ese niño interior que lleva dentro, con el que recuerda haber crecido y al que le gusta jugar. Recuerde la sensación de haber recibi­do regalos cuando era niño, y contemple con ilusión el regalarse a sí mismo. Pues es perfectamente apropiado para servir de ese modo al Dios que lleva dentro. Y así, le decimos esta vez que si empieza a hacerlo así, se sentirá mucho mejor que si no lo hace. Esto también tiene que ver con el hecho de que muchos de uste­des han aprendido a recibir. Es apropiado que usted se regale a sí mismo. ¡Lo es! He aquí una pregunta planteada a Kryon, dentro del marco de la pregunta que se le ha planteado sobre los falsos profetas: «Kryon, dígame, soy una persona que disfruta de su propio sis­tema de creencias. Disfruto amando a un maestro al que pueda honrar y respetar. A toda mi familia le sucede lo mismo. Hemos disfrutado de esta relación con nuestro maestro durante años, y nos sentimos cómodos con ella. ¿Puedo creer en las cosas que me dice en la nueva energía y mantener al mismo tiempo este otro sistema de creencias?». ¡Qué pregunta! Pues la respuesta, queridos míos, y con todo amor, es que sí, ya que el Kryon sólo les ofrece información. No les pide que apoyen una doctrina, y dice que cada uno de ustedes está auto capacitado para creer lo que prefiera creer. La adverten­cia que se hace aquí es que si elige aceptar la información de la Nueva Era, y si trabaja dentro de la estructura de otro sistema que le sirva bien, quizá elija guardar silencio al respecto. Para esta advertencia utilizo el ejemplo de la fruta. Hay algunos líde­res que se sentarían ante una mesa y disfrutarían de la fruta que más les gusta, y esa fruta sería la papaya. Y en la nueva energía, si llegara usted a su mesa con la fruta de la que más disfruta, que sería el mango, quizá ellos le dirían: «¿Sabe? Resulta que la papaya también es terriblemente buena. Pero comprendo que le guste el mango. Así que, se lo ruego, venga conmigo y celebremos el festín. Siéntese a mi mesa, y aunque a mí no me gusta su man­go, y a usted no le gusta mi papaya, compartiremos lo que tene­mos en común y lo haremos con amor». En la antigua energía habría líderes que se sentarían ante su mesa y disfrutarían de su papaya, pero cuando usted llegara ante la mesa con su mango, le dirían: «¿Qué es lo que trae ahí? ¡Esa fruta es inferior!». A lo que usted diría: «Pues entonces deme de esa», y delante de usted destrozarían su mango y le dirían: «Ya puede sentarse a la mesa». Cortarían entonces su papaya, aunque a usted no le gustara, y se la darían, diciéndole: «Comprendemos que no le guste, pero le gustará con el tiempo». Así pues, tenemos a aquellos que les dicen cómo deben pensar, queridos míos, y les advertimos para que se mantengan lejos de eso. Como prueba de ello, si mira a su alrededor, a las culturas de su planeta, le pregunto: «¿Quiénes son aquellos que disfrutan de más paz? ¿Quiénes son aquellos, queridos míos, que no han tenido guerras en sus territorios desde hace muchos años? ¿Quiénes son aquellos que sacan adelante a sus familias sin temor, que son los que tienen una mayor abundancia, que no se preocupan acerca de dónde les llegará el alimento, y que tienen el cobijo garantizado?». Y la respuesta es que serán casi exclusivamente aquellos que tie­nen la libertad para pensar por sí mismos, los que tienen la liber­tad para elegir lo que hacen. Piensen en esto. Finalmente, la misma pregunta sobre los falsos profetas encie­rra una gran ironía. Pues, queridos míos, mientras estoy sentado delante de ustedes esta noche, están escuchando la traducción de la voz del gran sol central. Es la voz que habló a Moisés desde la zarza ardiente. Es la voz que habló a Abraham que ya tenía el puñal levantado sobre su hijo Issac y que le dijo: «¡Alto! Eres honra­do». En consecuencia, es esa misma voz la que habló y dijo: «En el final de los tiempos, habrá falsos profetas; llevad cuidado con ellos». Así, es el autor de este mismo mensaje al que ahora le ha­cen esa pregunta. Al acercarse al hombre santo llamado el Kryon, y hacerle la pregunta: «Kryon, si le preguntara al otro hombre santo si es us­ted el engañoso, ¿me diría que "sí"?», la respuesta de Kryon será: «Sí». Queridos míos, esta noche se encuentran sentados en la nue­va energía. También se encuentran sentados cerca de sus guías, que le sostienen de la mano durante estos tiempos. Les aman durante estos tiempos. Y aunque algunos de ustedes tengan que recorrer un largo trecho para creerlo, es sin embargo cierto, y les honramos por la dualidad que tienen que soportar. Antes de alejarse de este lugar deben saber que esta noche han estado sen­tados en presencia del Espíritu. Han estado sentados en la ener­gía del amor que procede del gran sol central. Y, al margen de cuál sea su camino, todas estas palabras han sido dirigidas a us­ted. Pues una vez más le decimos que está aquí con intencionali­dad y con un propósito. ¡Conocemos su nombre! Esperamos que esta noche asuma la responsabilidad por esa parte superior de sí mismo que desea intervenir para crear una vida que no ha visto nunca hasta ahora, una vida que le capacite para co-crear su pro­pia realidad. Y para aquellos que han estado relacionados con este lugar a través del linaje de su rey, les ofrecemos ahora permiso para aban­donar este lugar sin la sensación de esa adhesión. Les honramos por la vida que llevaron hace novecientos años, y por el papel que jugaron en esta misma reunión esta noche. ¿Quién habría podido imaginar que pudiera ocurrir una cosa así? Y así sea. LIBRO III – La Alquimia del Espíritu Humano Kryon a través de Lee Carroll

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