por Oscar
Mercado
Octubre
2011
Emanuel Leutze.
Los extraterrestres Annunaki podrían haber
estado en contacto con la civilización azteca.
Cuando los españoles llegaron a América, no sólo
se sorprendieron por la gran cantidad de habitantes que había en el "nuevo mundo" (en ese tiempo América
Central), sino también por el desarrollo científico y tecnológico que ciertas
culturas autóctonas mostraban.
Imagínese usted
como tomaron en Europa la noticia del descubrimiento de una ciudad como Tenochtitlán, al otro lado del mundo, que
solo podía ser comparada con la Venecia de los ricos duques
renacentistas, o cuál seria la sorpresa de los
primeros conquistadores al contemplar las alucinantes pirámides mayas y años después el templo del Coricancha en el
Cuzco.
El problema que esto planteó para la más importante institución de la época, la Iglesia Católica, es que según su
visión del mundo estos indios no debían estar ahí. La Biblia no decía nada al respecto y los miembros del clero no sabían de
donde habían salido estos indígenas y menos aún si eran hijos de Dios.
Hubo
entonces una intensa polémica.
Si los nativos habían recibido alguna vez la
palabra de Dios y no la habían aceptado eran herejes y merecían
castigo, si por el contrario nunca la habían conocido entonces debían ser adoctrinados en la fe.
Esta ultima posición, defendida por Bartolomé
de las Casas (1484-1566), fue la que predominó aunque en la práctica fuese ignorada por los conquistadores españoles
quienes terminaron esclavizando a los indios.
La iglesia tuvo que
inventar una serie de historias para explicar la
presencia de los nativos de América. Una de ellas fue la de considerar que un descendiente de Noé, cruzó el mundo y vino a
poblar esta tierra que fue identificada como la "Ophir" bíblica
(según las crónicas de Gregorio García, Cabello de Balboa y
Fernando de Montesinos).
Pero la más difundida de todas, fue aquella que
convirtió a los indios americanos en descendientes de una de las tribus perdidas de Israel que llegó hasta estas tierras
huyendo de la conquista Asiria alrededor del año 722 a.C.
Ilustración del Codíce Borbónico (Siglo XVI)
donde se explica como se le leía la suerte a los recién nacidos.
La historia que inventó la Iglesia
Católica tenia algo de cierto pues los mitos de
creación de los aztecas, recogidos en lengua náhuatl, son muy similares a algunos mitos
de creación bíblicos.
Según los mitos aztecas, Dios primero creó el
cielo y la tierra, luego con el barro hizo un
hombre y una mujer, como en el génesis bíblico, pero estos no duraron. Luego de muchos esfuerzos, Dios cogió unas cenizas de
metal y creó un par de humanos.
A partir de ellos se pobló la tierra, así como
sucedió con Adán. Pero casi todos estos seres fueron destruidos en un diluvio como el de la Biblia. Unos pocos fueron
salvados por un sacerdote, que podría ser Noé, que se sobrevivió flotando
en un tronco hueco llevando semillas y animales.
Esta
breve comparación parece confirmar las teorías de la Iglesia Católica sobre el origen de los nativos
americanos pero existe un detalle que la iglesia no conocía o no quiso
considerar.
Hoy en día, cualquier historiador serio sabe que
muchas de las historias contadas en el Génesis bíblico fueron inspiradas en los mitos de creación de los sumerios,
escritos por lo menos 3,000 años antes que el Antiguo Testamento.
Los
rastros son evidentes:
• el
paraíso sumerio es parecido al Edén bíblico con ríos y árboles de frutas
• el
primer hombre es creado de barro como en la Biblia
• existe
una Eva sumeria llamada "la dama de la costilla"
• un
árbol del conocimiento
• una
serpiente como en los relatos del Génesis
• un
Noé que se salvo de un diluvio, y que para los sumerios se llama Ziusudra
Esto son algunas semejanzas notables sobre las
que volveremos en detalle en otro artículo.
Vemos pues que los mitos de creación aztecas no fueron inspirados en los
mitos del génesis bíblico sino en los mitos de creación sumerios que son
mucho más antiguos.
"La torre de Babel"
Pieter Bruegel, el viejo.
Pero ¿qué otras pistas apuntan en esta dirección
o apoyan esta hipótesis?
Los nativos tenían sus propias versiones sobre sus orígenes.
El cronista Diego Durán
(1537-1588) en su "Historia de las Indias de Nueva España" refiere
una
tradición oral que le contaron los nativos.
…aparecieron en ella unos hombres gigantes de
deforme estatura y poseyeron esta tierra… no hallando remedio para poder llegar al sol, enamorados de su luz y
hermosura, determinaron de edificar una torre tan alta que llegase su cumbre
al cielo… y habiéndola subido lo más que
pudieron, que dicen parecía llegar al cielo, enojado el Señor de las alturas
dijo a
los moradores del cielo:
"¿Habéis notado como los de la Tierra han
edificado una alta y soberbia torre para subirse acá, enamorados de la luz
del
sol y de su hermosura? vengan y confundámoslos,
porque no es justo que los de la Tierra, viviendo en la carne, se mezclen con nosotros."
Luego en aquel punto salieron los moradores del
cielo por las cuatro partes del mundo, así como rayos, y les derribaron el edificio que habían edificado.
Esta historia parece extraída directamente del
relato sumerio titulado "Enmerkar y el
Señor de Aratta" en el que Enmerkar construye una torre gigante para pedirle a sus
dioses que unan a todas las regiones bajo un mismo idioma.
…deja que la gente de Aratta baje para mí las
piedras de su Montaña, que construya un gran santuario para mí, que erijan un gran morada para mí... que hagan la
gran morada, la morada de los dioses… todo el universo, los bien cuidados, que todos se dirijan a Enlil, juntos en el mismo
idioma…
Para Zecharia Sitchin las tablillas de barro
sumerias narran la llegada de una raza de extraterrestres llamada
Esta raza alienígena provenía del planeta Nibiru
y llegó a la Tierra hace cientos de miles de años buscando oro. Según Sitchin, los Anunnaki plantaron la semilla de la
vida en nuestro planeta, y luego modificaron el ADN de los simios para
crear a los hombres como los conocemos ahora. Sus
hazañas pasaron de generación en generación por tradición oral y por eso son recordados como dioses en las
tradiciones sumerias.
Pero no se limitaron sólo al medio oriente, en
algún momento se desplazaron hacia América….
¿Era Quetzalcóatl,
aquel que les enseño a medir el tiempo a los aztecas,
uno de los Anunnaki?
Fuentes:
- Diego
Durán (1867-1880). Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra
Firme
- Gregorio García (1607).
- Origen
de los indios de el Nuevo Mundo e Indias Occidentales
- Zecharia Sitchin.
(2007). Crónicas de la Tierra 4 –
- Los Reinos
Perdidos
- Samuel Noah Kramer. (1968). The Babel of Tongues, a
sumerian version - Journal of The - American
Oriental Society.
9
Octubre 2011
Fray Bernardino de Sahagún,
cronista de la conquista de México
considerado para muchos como el padre de la
antropología moderna.
El fraile franciscano Bernardino de Sahagún
(1499-1590), uno de los cronistas más importantes de la conquista de los aztecas, llegó a México pocos años después de la
epopeya de Cortez.
Hablaba la lengua local, el náhuatl, y dedicó más
de 30 años al estudio de las tradiciones de los indígenas.
Su trabajo histórico antropológico titulado
"Historia General de las cosas de la Nueva España" o "Codíce
Florentino" nunca fue publicado por la corona española pues
esta no veía con buenos ojos las investigaciones de Sahagún sobre el
mundo indígena considerado pagano para los
europeos.
Algunas copias fueron preservadas en la biblioteca del Palacio Real de España y así llegaron hasta nosotros.
Ellas constituyen una fuente invalorable para
acercarnos a la civilización azteca, respetando el punto de vista de los vencidos. Es decir, preservando sus mitos,
creencias y costumbres, tal y como ellos las relataron entonces.
En esa época el dios principal de los aztecas era
Quetzalcóatl, representado a veces como una serpiente emplumada, y a veces como un hombre barbudo y con túnica blanca.
Era venerado como el que les enseño la escritura,
la observación de los astros, y más importante aún como el que les dejó su misterioso calendario.
Para los aztecas,
Quetzalcóatl realmente vivió entre ellos en un tiempo
pasado. Esta
tradición estaba tan enraizada en los indígenas
que algunos cronistas españoles lo identificaron como el apóstol Santo Tomás.
Sahagún aporta detalles interesante
sobre el legado de Quetzalcóatl.
El observó que los niños aztecas de ascendencia
noble eran entregados a un escuela llamada calmecac, de la cual era patrono Quetzalcóatl.
Allí los estudiantes aprendían sobre astronomía,
interpretación de los sueños y eran instruidos en como contar los días y los años. En pocas palabras, aprendían a medir el
tiempo como Quetzalcóatl le había enseñado a sus ancestros.
¿Qué
tan importante fue este legado y qué tiene que
ver con los Anunnaki?
El calendario Azteca, que no es simplemente un instrumento de medición del tiempo, divide la
historia de la humanidad en 5 eras.
El fin de la primera era es provocado por un diluvio, las siguientes tres eras terminan
a causa de una catástrofe y en la quinta aparecen los aztecas.
Según la
cronología del calendario azteca, el diluvio
universal sucedió alrededor del año 11,000 a.C. Sorprendentemente, esta es la misma fecha que los estudios científicos han
determinado para el diluvio.
¿Cómo podían saber los aztecas en ese entonces, hace más de 3,000 años, la fecha del
diluvio universal?
Si el calendario realmente marca con precisión la época en la que sucedió el diluvio porque no
creerle en sus demás afirmaciones.
El Calendario azteca no sólo es un instrumento de medición del tiempo
sino un registro de la historia de la humanidad.
(Foto por andrellv)
Sitchin nos cuenta que según este calendario, en
la primera o segunda era existieron unos gigantes de pelo blanco, en la tercera era existió gente de cabello rojo y
fue en la cuarta era donde apareció Quetzalcóatl vestido con una túnica
blanca y con barba.
Estos son indicios de que
quizás la historia de la humanidad es mucho más complicada de lo que creemos.
Al parecer Quetzalcóatl les había transmitido
este conocimiento a los aztecas. Pero ¿de dónde lo podría haber
obtenido?
Zecharia Sitchin tiene una respuesta
convincente. Según sus interpretaciones de las tablillas sumerjas Quetzalcóatl es uno de los extraterrestres
Anunnaki que decidió expandirse hacia América en su afán por encontrar más oro para proteger la atmosfera del planeta Nibiru.
Su nombre es Ningishzida y su padre
es Enki, a quien los sumerios inmortalizaron en sus tablillas como el dios
sumerjo del conocimiento. Ningishzida conocía bien la
historia de la Tierra pues su raza llevaba medio millón de años visitándonos de manera continua.
Las investigaciones de
Sitchin cuentan que el Anunnaki Enki era un experto en ciencia, ingeniería, arquitectura, y genética y que podría haberle
transmitido todo este conocimiento a su hijo Ningishzida quien lo compartió con algunas culturas nativas del continente americano.
A la izquierda una representación sumeria de
Ningishzida
y a la derecha una representación azteca de
Quetzalcóatl.
Las dos deidades son siempre
representadas
como una serpiente o con formas de
reptil.
Según Sitchin, en algún momento alrededor del
3,500 a.C. el Anunnaki Enki y su hijo Ningishzida, en su afán
por encontrar más oro, llegaron al otro lado del
mundo.
El hijo de Enki lideró un grupo formado por
hombres africanos y hombres barbudos del medio oriente en una travesía intercontinental hasta el Golfo de México.
Llegaron usando las mismas corrientes marinas que los españoles usarían años después.
La teoría de Sitchin explicaría todas las
coincidencias que hemos revisado en este artículo y algunas más.
Un detalle que refuerza esta teoría es el hecho de que los
olmecas, una de las culturas más antiguas de la región, tuvieron una
población con rasgos netamente africanos.
Las estatuas olmecas son una muestra evidente de
esta conexión, y hay varios estudios que corroboran la presencia africana en América mucho tiempo antes de la
llegada de los españoles como el del historiador mexicano Vicente Riva
Palacio, quien
escribió en 1870, "es indiscutible que en tiempos muy antiguos
la raza negra ocupó nuestro territorio".
Estos olmecas con distintivos rasgos africanos
serían aquellos que vinieron con el Anunnaki Ningishzida desde el Medio Oriente y África, o en todo caso, sus
descendientes.
Zecharia Stichin
posando al lado de unas cabezas olmeca.
La similitud entre las pirámides aztecas, las
pirámides egipcias y los mucho más antiguos zigurats sumerios es tan evidente
que no es necesario realizar un análisis en detalle.
¿Cómo explicar todo lo
antes visto sin un contacto previo entre la civilización sumeria y la azteca
cientos de años antes de la llegada de los españoles?
Podemos dudar de las
explicaciones que nos da Sitchin, podemos discrepar con él, pero no podemos
negar que hay suficiente evidencia para sustentar su hipótesis, o para al
menos considerar que la historia que conocemos no es la única.
Fuentes
• Bernardino
de Sahagun (1892). Historia General de las cosas de la Nueva España
• Samuel
Noah Kramer. (1968). The Babel of Tongues, a sumerian version - Journal of
The American Oriental Society.
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UN ESPACIO PARA EL CONOCIMIENTO DEL SER, SU ESPIRITUALIDAD Y EL DESARROLLO MENTAL A TRAVÉS DE SU TRANSFORMACIÓN
miércoles, 8 de enero de 2014
LOS ANUNNAKIS CONECCIÓN CON LOS AZTECAS
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