Charles
Chaplin
Gabriel
Vallejo Despertar de conciencia,
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Vistas Lo siento. Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, no
quiero gobernar ni conquistar a nadie, sino ayudar a todos si fuera posible;
judíos y gentiles, Blancos o negros. Tenemos que ayudarnos los unos a los
otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no
hacernos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo
hay sitio para todos, la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los
seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido.
La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio, nos ha
empujado hacia las miserias y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa, pero
nos hemos encarcelado a nosotros. El maquinismo que crea abundancia nos deja en
la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia,
duros y secos. Pensamos demasiado, y sentimos muy poco. Más que máquinas
necesitamos humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas
cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos
hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige
bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros. Ahora
mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, a millones de hombres
desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los
hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no
desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la
amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano. El odio
pasará y caerán los dictadores, y el poder que le quitaron al pueblo se le
reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no
perecerá. Soldados. No os rindais a esos hombres que en realidad os desprecian,
os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué
pensar y qué sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y
como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres
máquina, con cerebros y corazones de máquinas. Vosotros no sois máquinas, no
sois ganado, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros
corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los
inhumanos. Soldados. No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. En el
capítulo 17 de San Lucas se lee: “El Reino de Dios no está dentro del hombre,
no de un hombre ni de un grupo de hombres, sino en todos los hombres…” En
vosotros, vosotros el pueblo tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el
poder de crear felicidad, vosotros el pueblo teneis el poder de hacer esta vida
libre y hermosa, de convertirla en una maravillosa aventura. En nombre de la
democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo
nuevo, digno y noble que garantice a los hombres trabajo, y de la juventud un
futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras
alcanzaron al poder. Pero mintieron; no han cumplido sus promesas ni nunca las
cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo.
Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para libertar
al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio
y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón. Un mundo donde la
ciencia, donde el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad. Soldados.
Artículo
publicado originalmente en: http://cienciacosmica.net/discurso-del-gran-dictador-charles-chaplin/
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