Aprendiendo los
Nuevos Pasos de Baile de los Retrógrados Por Jennifer Hoffman
martes, 26 de abril
de 2016
Aprendiendo los Nuevos Pasos de Baile de los Retrógrados
Por Jennifer Hoffman
19 de Abril 2016
Aunque el movimiento
retrógrado de los planetas es parte de su ritmo natural, puede crear mucho caos
en nuestras vidas, ya que nuestra carrera habitual enfocada en el futuro hace
una pausa para detenernos y evaluar nuestra situación.
Pensamos en la vida
como un vals grácil y en el universo como el compañero de baile habilidoso que
nos guía por la pista de baile. En su lugar, el baile dela vida es un tango
rápido en el que nos movemos hacia delante, a los lados y hacia atrás en una serie
de pasos complicados que eventualmente nos llevan al final de la melodía.
Y con suerte no nos
caemos estrepitosamente por el camino porque confiamos en que el compañero nos
atrape si se es que se nos olvidó decirle lo que pensábamos hacer. Para navegar
los retrógrados, especialmente los que ocurren con nuestras nuevas energías y
frecuencias, necesitamos aprender a bailar el tango y guiar el baile.
Los planetas
retrógrados actúan sobre nosotros de dos formas: nos obligan a ver de cerca
donde hemos limitado nuestras vidas y entonces actúan para que podamos crear
algún espacio para un nivel expandido de potencial. Esta es la parte re- de los
retrógrados, revisar, reconsiderar, repensar, etc.
Por supuesto esto
ocurre con un enlentecimiento o hasta detención de toda actividad durante un
período de tiempo, que pensamos es señal de que hemos cometido un error o
estamos haciendo algo mal. No lo es, aunque es confirmación de que nuestro
sendero no está alineado con nuestras intenciones.
Y si hemos estado
bailando el vals con gracia apoyados en los movimientos expertos de nuestro
compañero universal, podemos encontrarnos sentados en el piso sin gracia,
preguntando que nos pasó.
Los recordatorios
de nuestro poder vienen en muchas formas, usualmente cuando estamos contra la
pared y tenemos que elegir y decidir respecto a cosas que hemos estado
ignorando o demorando.
Cuando miramos
nuestras vidas y comprendemos que no nos gusta lo que vemos y queremos algo más
ese es nuestro momento más poderoso porque es cuando olvidamos las otras
opciones, que no son realmente opciones y tenemos la claridad para enfocarnos
en el premio real, en lo que queremos justo ahora.
El temor ya no es
un lujo, la indecisión ya no es una opción, y estamos listos para actuar. Este
es el regalo de los retrógrados.
En lugar de
resolver los problemas ‘al vuelo’ al avanzar, a veces debemos hacer una
limpieza general vaciando y limpiando y reiniciando nuestro campo de energía,
de la misma forma en que a veces se necesita reiniciar una computadora.
Piensen en cómo
diversos softwares necesitan un reinicio de la computadora para iniciarlos
después de su instalación, eso es lo que hace la energía retro. Pero hay más.
Un retrógrado
también brinda una oportunidad para ver donde nos quedamos atrás, donde
comprometemos nuestros límites energéticos, dejando que los demás usen nuestro
poder y permitiendo que nuestra energía se disperse con distracciones,
compromisos y obligaciones que nos arrastran silenciosamente y consumen nuestra
energía.
Sin el beneficio de
los retrógrados, continuaríamos en esta senda hasta que nos frustremos con todo
lo que nos rodea, olvidando que somos al final los que tenemos que establecer
los límites con todo lo que nos rodea, olvidando que debemos guiar el baile.
Esto no quiere decir que nos convirtamos en maniáticos del control, se trata de
prestar atención a la intención y a la alineación y aprender a bailar el
tango.
Los retrógrados
abren nuestra percepción a nuevos potenciales, principalmente porque nos
obligan a detener lo que estamos haciendo y permitir que otras opciones
aparezcan en escena. Si hemos estado bailando el vals fácil, aprender el tango
es más complicado pero finalmente será mucho más divertido.
Tenemos que
desafiarnos a nosotros mismos para ser ‘más’ de lo que somos y podemos ser,
para explorar nuestros propios límites y expandirlos hacia vidas que tienen
espacio para la alegría, la plenitud, la prosperidad, el amor y la paz. Eso no
ocurre cuando vamos en picada por el sendero de la vida, sucede cuando tenemos
que detenernos y cambiar el neumático, o darnos cuenta que el tanque de
gasolina está vacío, o de que estamos cansados y necesitamos descansar.
Bienvenidos sean
los retrógrados – y tenemos muchos ahora – porque si han estado pidiendo
claridad, señales y transformación, ellos se las traerán justo a su puerta. Y
si alguien les ofrece lecciones de tango ahora, digan sí.
Derechos de autor reservados © 2016 por
Jennifer Hoffman. Pueden citar, traducir, reimprimir o referirse a este mensaje
si mencionan el nombre de la autora e incluyen un vínculo de trabajo a: http://enlighteninglife.com
Traducción: Fara González
Difusión: El Manantial del Caduceo en la
Era del Ahora
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