BIDI Parte 4 Octubre 2017
DOMINGO, 29 DE OCTUBRE DE 2017
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Bueno, Bidi está con vosotros y os saluda. Instalémonos unos momentos, si queréis, en el silencio, en el recogimiento y en la Acogida.
…Silencio…
Para la sesión de hoy, reproduciremos la atmósfera en la que tenían lugar mis propias reuniones, cuando estaba en mi saco de comida. Se trata de un intercambio en el que las palabras son ciertamente importantes porque no procederán de ningún concepto, sino del Corazón. Más allá del mental, más allá de las palabras, existe y habrá una atmósfera especial. Eso sucedía en cada reunión que se realizaba conmigo.
Así pues, para esta forma de intercambio, es preciso que la mayoría de vosotros hable; sin embargo, no importa de lo que se hable ni cómo se hable. El objetivo de nuestros intercambios, hoy, es tocar el “santo de los santos”, en esta atmósfera, y el Verbo, para que se desarrolle la misma alquimia en el interior de vosotros, así como de todos los que lo escuchen, lo oigan o lo lean. Tened en cuenta simplemente que, durante estos intercambios, solo aludiremos a lo que es permanente, a través de vuestras preguntas y vuestros silencios. Todo lo que nos haga salir del “santo de los santos”, es decir, los conceptos, las ideas, no servirán de nada. Tanto a través de vuestros silencios, como de vuestras cuestiones, debéis relacionarlos exclusivamente con lo que vive vuestra conciencia y no con ninguna proyección de vuestro mental para el futuro o del pasado. Sistemáticamente reorientaré nuestros intercambios hacia el santo de los santos.
Además, muchos de vosotros, a través de las preguntas o cuestiones de otros hermanos o hermanas, podrán encontrar también una resonancia propia. Las palabras de hoy, tanto las vuestras como las mías, nos llevarán a instalar la Evidencia, la inutilidad de los pensamientos, de las historias y de todo lo pasajero. Así que hoy, me dirigiré de una manera mucho más específica, más allá de la persona, a lo que nunca pasará. Recordad que más allá de las palabras, lo que hay entre las palabras, es primordial. No contaremos historias, no hablaremos del pasado, ni del futuro, ni de las tradiciones, todo estará centrado en la conciencia, más allá del personaje, más allá de cualquier historia. También podré ir, en algunos casos, a limpiar e iluminar lo que es necesario.
Una vez establecidos estos principios, comenzaremos nuestros intercambios desde el corazón de la Verdad; el corazón de la Verdad que nada tiene que ver con vuestra persona ni con ninguna narración de vuestra vida en este mundo. Recordad también que, aunque no toméis la palabra y quedéis en silencio, estaréis igualmente afectados por todo lo que se intercambie y se diga. Dicho esto, comencemos.
¿Puedo hacerle primero tres preguntas de hermanos y hermanas que no han podido estar presentes?
Sí. Espero que no estén conduciendo u ocupados en otra cosa, pero vamos a ello.
Pregunta: Buenos días Bidi, no tengo ninguna pregunta en particular, pero, ¿tiene alguna cosa que decirme?
Lo que tienes que oír, es una frase que voy a desarrollar. Es: “ámate a ti mismo”. Incluso en este plano de manifestación donde estás, sin tener en cuenta el amor manifestado, conviene ante todo que este amor sea idéntico y vuelto hacia ti mismo. Desde el instante en que te ames en la medida justa, más allá de la historia y de la persona, constatarás fácilmente, que las circunstancias actuales de tu efímero se trascienden y se magnifican por un nuevo aliento que no es otra cosa que el Amor que llevas en ti mismo, repito, más allá de cualquier historia.
Todo amor proyectado es vivido en cualquier tipo de relación. Si previamente no existe el amor a uno mismo, más allá del saco de comida y del alma, el Amor de la Verdad que no tiene forma, entonces, el amor manifestado y proyectado en este mundo será siempre y sistemáticamente amputado, porque estará condicionado y el mayor de los condicionamientos es la distancia que ponéis entre lo que proyectáis, incluso en el amor filial, y el Amor hacia vuestra eternidad.
Amarse a sí mismo no es narcisismo o egoísmo, es aceptar simplemente lo que sois, aunque no lo sepáis. La caridad bien entendida, comienza por uno mismo. Es inútil querer servir, querer ayudar, querer amar, sin conocer el fundamento esencial del Amor incondicionado, aunque todavía no se haya vivido. Admitidlo como un postulado, a priori, que se verificará a través del juego de la conciencia, incluso dentro de vuestra vida ordinaria. No podéis reparar lo que os parece incompleto o distorsionado mientras el amor a vosotros mismos no sea completo y correcto. Desde el momento en que esa reversión hacia vosotros mismos se realice integralmente y no necesitéis tiempo para ello, entonces, todo lo que aparezca sobre la pantalla de la conciencia ordinaria será vivido de muy diferente manera porque la Inteligencia de la Luz funciona y actúa, aunque no la hayáis reconocido.
El problema es que, si el amor expresado y manifestado es incompleto, solo puede producirse un amor incompleto en el exterior y en las relaciones que sean, sobre todo, en las relaciones más íntimas y más cercanas. La mejor forma de proceder, es aceptar el postulado de que vosotros sois amor, a pesar del personaje y a través de él, viva lo que viva, y en ese momento cuando la comunión, la relación basada en el amor, aparecerán en su Verdad desnuda. No necesitáis conceptos, no necesitáis justificaros, pero debéis aceptar todo lo que la vida os propone sin ninguna condición, y recordad que independientemente de la dureza aparente de cualquier acontecimiento o circunstancia, vividos dentro de lo efímero, hoy todo concurre a lo mismo, es decir, a reencontrarse de nuevo. Es inútil gesticular, es inútil razonar, es inútil querer resolver una situación dada que no es más que el resultado de una forma incompleta del interior.
Olvídate de ti mismo y encuéntrate. No necesitas a nadie, no necesitas ningún maestro, ninguna circunstancia, porque las circunstancias que vives son exactamente las que te son necesarias para ser verdadero, lo que no quiere decir que tu personaje se comporte con falsedad, sino que no te has reconocido suficientemente, más allá de cualquier historia que lideres. Vuelve a encontrarte y eso no necesita circunstancias, no necesita estar cómodo en lo emocional, en lo mental, en la vida; solo necesitas encontrarte volviéndote hacia ti, sin proyecciones, sin ideales, sin propósitos. ¿Quién eras tú antes de querer saber qué vivir y qué decidir?
El tiempo no es ya linealidad, reflexión, comprensión, es la experiencia directa, no de la historia que se desarrolla, ella es ineluctable, sino dentro de ti. Atraviesa las emociones, los miedos. Tú no eres eso. Conténtate con estar en la “Aceptación incondicional” de la Verdad suprema, que no percibes de momento. Eso bastará para provocar la percepción consciente, dentro del personaje, de lo que eres. Entonces, la pantalla de lo que tienes que vivir, tu escena de teatro será aclarada de una u otra manera, lo que cambiará todo, porque tu punto de vista no será ya el de una persona con sus heridas, con sus afectos, sino el punto de vista de tu eternidad. Tú relativizarás entonces, todo lo que pueda herirte y sonreirás. Cualquier drama solo es la antesala de la Alegría.
Muchos de vosotros lo vivís o lo viviréis; es un choque resolutorio, esencial, para colocaros en el mejor posicionamiento de la conciencia, para adecuaros en el último cara a cara, el de vuestro cotidiano y vuestra Eternidad, guiándoos a unos y otros a aceptar el sacrificio de la historia del saco de comida, de las relaciones. Es la única forma, para muchos de vosotros, de poner fin a los juegos estériles que solo alejan de la Verdad bajo el pretexto de la seguridad, bajo el pretexto de los afectos.
En resumen, la Luz te dice y te muestra: ¿qué es lo más importante?, ¿qué es lo esencial? Es así como se realiza la luz de la Verdad y su vivencia, que nada tiene que ver con las circunstancias de este mundo, con las circunstancias de la persona.
Todos sabéis que la única Alegría, no puede venir de una satisfacción financiera, amorosa o filial. Mientras creáis eso, no podéis ser libres por el momento, solo reforzáis los esquemas arcaicos consensuales de este mundo que, incluso en las relaciones, hacen todo para alejaros de la Verdad. Para muchos de vosotros, independientemente de vuestro emplazamiento hoy, la Vida os pedirá reposicionar vuestra conciencia y sus prioridades. Y en eso, no puede haber dos, hay que elegir y no tenéis otra opción; solo podéis elegir lo que es verdadero. La Luz actúa en ese sentido. Recordad y recuerda, cuando duermes con un sueño apacible, ¿están presentes los problemas?, ¿sabes lo que eres? Simplemente has desaparecido.
Hoy, la Inteligencia de la Luz, te invita a desaparecer de toda historia. Cualquiera que sea el desgarro, cualesquiera que sean las resistencias, sigue las líneas de fluidez, donde todo es evidente, porque la Luz es Evidencia. Incluso lo que parecía asumido dentro del personaje y de la historia personal, para ti como para muchos hermanos y hermanas, se os quita, independientemente del miedo y de las reflexiones. Eso resulta directamente del cara a cara colectivo e individual. Todo lo que observáis en la superficie de este mundo solo es el resultado de lo que no se ha soltado, relativo a la historia de vuestra vida, de vuestro país, de vuestra región, de vuestros hijos, de vuestros padres.
Resumiendo, la Luz te dice: “¿Quieres aplicar la Luz a tu vida y mejorar la persona o dejas que la Luz te muestre quién eres, más allá de la persona? No hay otra alternativa, y cuando digo que tienes la opción, es lo que cree la persona, pero no hay ninguna elección, es inevitable. Encuéntrate de nuevo y todo cambiará, sin ninguna excepción, pero no te sirvas de la Luz como una coartada para cambiar las cosas que querrías que cambiaran, porque a eso te diría: “hombre/mujer de poca fe”. Pero no estás aquí para responder. Esto es lo que tenía que decirte.
…Silencio…
Puedes seguir.
Pregunta: Después de una experiencia vivida durante un protocolo, en el que me encontraba en paz, en el corazón de un tornado, hubo un antes y un después. La paz permanece incluso durante acontecimientos que pueden parecer difíciles para la persona, con un resurgimiento de las emociones. Esta serenidad parece imperturbable. Al no tener ninguna pregunta, ¿tendría todavía algo que decirme?
El ejemplo que has vivido del tornado estando tú inmóvil, es exactamente lo mismo que he mencionado cuando yo hablaba, durante la sesión anterior, del centro de la rueda y de la rueda. No sois nada de lo pasajero, hay que detener este juego de identificación. Tú lo has parado, y como te has dado cuenta y, en eso, tu vivencia es importante, pase lo que pase, tú permaneces, no tienes nada más que hacer. Conténtate con vivirlo, independientemente de lo que la Vida te traiga, déjalo vivir y todo encajará armoniosamente, incluso dentro de la persona. Ninguna desarmonía en la persona, como dices, puede ya perturbar lo que fue vivido en un momento dado, porque eso está siempre ahí. No te muevas, mantente en calma, deja que se desarrolle la película de tu vida en tanto que espectadora. No interfieras, permanece fijada en la Eternidad y todos los movimientos se volverán armoniosos, pero ellos no dependerán nunca más de tu historia o de tu persona, como es el caso actualmente.
El Corazón del Corazón, el santo de los santos, se revela. Apoyar pacíficamente el desarrollo de todo lo que está sucediendo en la pantalla de la escena cotidiana de la vida, es el resultado directo e inevitable, de la Paz eterna, de vuestra Infinita Presencia, de lo que sois en verdad. Es así como el Liberado viviente permanece, sin esfuerzo, sean cuales sean las emociones que pasan, sean cuales sean los apegos o las costumbres que puedan estar presentes todavía. Ellas no desestabilizan ya lo que tú eres; eso te permite tomar conciencia de que no eres nada de lo que se produce dentro de lo efímero, aunque eso deba ser vivido. El punto de vista aquí, en tu caso, está trasladado de manera definitiva, permanente e inmutable. Estás en casa.
Deja que la vida se desarrolle, involúcrate en tu Presencia, en tu Alegría y deja que se desarrolle lo demás, por sí mismo. La armonía de la Luz, no podrá nunca ser igualada por la armonía de la persona, sea cual sea la vida, sean cuales sean los placeres, sean cuales sean los rituales, las religiones. Es la única verdad, puedes olvidar lo que has vivido antes, solo mantén esto, es todo. Eso es lo que puedo decirte.
Si mantienes firmemente la conciencia, la atención sobre lo que está más allá de todo estado, que es inmutable, tendrás el placer de ver, dentro incluso de la persona, que lo que pudiera quedar todavía, antes de este episodio, como hábitos, resistencias, miedos, conflictos interiores o exteriores, no pueden manifestarse más, no pueden ya alterar nada, como dices.
…Silencio…
Continúa.
Pregunta: Durante la semana del solsticio, viví, por María, un baño vibrante que animaba todas las células de este cuerpo. Desde entonces, la paz y la alegría, están presentes, así como la evidencia de lo que está sucediendo. No obstante, el personaje y algunas costumbres o defectos quedan presentes, a veces, el mental también. ¿Podría aclararlo?
El estado que se ha vivido, ilumina espontáneamente, como dices, los hábitos, el renacimiento del mental, pero no puedes ya engañarte y, por tanto, en ese momento, todos los hechos y gestos de tu vida ordinaria, no puedes, aunque quieras, volver atrás. Entonces, deja pasar eso tranquilamente, sin centrar tu atención en las molestias de la persona. Tú lo has visto, vuelve a ello, permanece inmóvil y deja pasar todo eso; entonces, constatarás que la Paz crecerá cada día, cada minuto un poco más, llegue lo que llegue, se manifieste lo que se manifieste al nivel del personaje que, por momentos, puede todavía obstaculizar, manifestarse. Sonreirás muy pronto.
No te rompas la cabeza; sé verdadero y espontáneo, no necesitas refugiarte en ti porque ese “en ti” está delante del escenario y está en todas partes. Deja exhalar el perfume de la rosa, no te ocupes ni te preocupes de nada, haz lo que te plazca y deja al personaje morirse él mismo. No lo nutras más, no lo mires, fíjate en lo que eres que no depende de ninguna historia ni de ningún pasado. Constatarás rápidamente los efectos, tanto al nivel del personaje como de tu saco de comida.
Preciso que los dos testimonios de experiencias que hemos tenido, como veis, están centrados en el momento presente. Es este instante presente el que os permite ver el movimiento, el tornado, el personaje, sus fallos, pero sabéis, y tal y como los describen esta hermana y este hermano, que no sois eso ahora realmente. Entonces, dejad morir lo que muere solo, no os apeguéis a ello. De la misma forma, deshaceos de los protocolos, deshaceos de los momentos de alineamiento, deshaceos de todo lo que podía ser considerado todavía como una forma de búsqueda. Te has reencontrado a ti mismo independientemente de la existencia del personaje. Se apagará por sí mismo, pero quédate en eso, en lo que eres. Diga lo que diga el personaje, no lo escuches, no lo observes y menos ahora, el observador es permanente y el observador de lo efímero, habiéndolo visto y dejado, te lleva a observar y vivir verdaderamente, la Eternidad.
Recuerda que la resolución del cara a cara final, es en cualquier caso y en todos los casos, la desaparición completa y definitiva de toda historia dentro de este mundo. Deja morir lo que se aleja, no trabajes en ello, así como ya no tienes que trabajar en ninguna interioridad que tenga primacía sobre el personaje, sobre lo que se ve. Permanece tranquilo, déjalo vivir también, no tienes nada que decidir desde el punto de vista de la persona porque todo está decidido por la Luz. Plantea una intención y mira si se realiza; no tienes que luchar, que convencer, que apoderarte de nada. Permanece en esta impecabilidad de tu inmutabilidad. Todas las trabas pasadas o todavía presentes huirán ellas mismas desde el momento en que no las alimentes más. No trates de comprenderlas ni incluso observarlas ahora, vuelve a tu morada, sobre lo que es verdadero. Como sabes, nada de lo pasajero es verdadero, aunque eso hiera.
Así se cumple con independencia de toda intención o voluntad, lo que se ha denominado, la Teofanía perpetua. Los remanentes de la persona serán disueltos no por una acción, desde donde estás, sino realmente por la Inteligencia de tu propia eternidad y de la Luz que es Amor. No trates de mejorarte, no trates de cambiarte a ti mismo, es la Vida la que te cambia. Comprende, que no tienes que agarrar nada, que retener nada, deja pasar lo pasajero y permanece en lo que es estable. Ahora, eso es mucho más fácil.
Continuemos.
No hay más preguntas escritas, ¿Pasamos a las preguntas orales?
Perfecto.
Pregunta: Estar aquí y ahora y en la Aceptación la más amplia posible, tal y como nos ha explicado, ¿es una vía real o verdadero camino para volver a casa?
No solo es el verdadero camino, sino que no hay otro. Todos los sistemas de conocimiento, todos los sistemas de vibración, de energía, de culturas, de religiones, de pensamientos, de emociones, de experiencias, no sirven ya para nada. La presión, la Inteligencia, el poder de la Luz, es tal, que ella os insta a que permanezcáis tranquilos, para que os coloquéis, se puede decir, en el Corazón del corazón; todo lo demás no te incumbe. Aquí también, es la Luz, la Gracia, la Inteligencia, el soplo de Eternidad lo que te permite regresar a casa. Ningún elemento, dentro de tu persona, puede imaginarlo. Es eso efectivamente: aceptar, permanecer tranquilo, ser perezoso. Así desaparecen, sin voluntad, sin ninguna intención, todo lo que pueda permanecer de heridas dentro de la persona.
Puedes continuar, en tu caso, viendo los comportamientos del personaje, no para perseguirlo, sino para reírte realmente de ellos. El día en que te rías de ti mismo en cada circunstancia, el personaje se irá lejos de ti. No puede haber Alegría sin reírse de sí mismo, reír a la vida. Ahí está la espontaneidad, pero sobre todo no es para ordenar, fijar, clasificar y, por tanto, dividir. Ahí también, sed verdaderos, no reflexionéis, dejad que se exprese la espontaneidad, por sí misma, y no la persona, no lo que tropieza y desaparece. No hay necesidad de representación, no hay necesidad de actores. No son ni el observador ni el espectador los que actúan; todo se hace naturalmente. Ved eso, y todo lo que pueda obstaculizar o interrumpir el desarrollo ordinario, no podrá ser mencionado ni manifestarse de ninguna manera. Soltad también la presión de la tensión vinculada con tener que mantener, organizar y administrar vuestra vida.
Lo que quiero decir con esto es que esta recepción te hará perder toda seriedad. No olvides que estamos en la Verdad y no en la espiritualidad. La espiritualidad es seriedad, es para aquellos que no han entendido, que tienen miedo. Lo Verdadero, la Verdad, es una risa permanente, llegue lo que llegue. No crispa nada, no retiene nada y deja expresarse a la espontaneidad y constatarás que la espontaneidad para ti, está únicamente relacionada con la risa, la carcajada, la sonrisa.
En resumen, diría que, para perfeccionar las cosas, seáis un poco menos serios. No hay nada serio; solo la persona cree eso. Ahí está la parábola de Cristo que decía, creo: “si te abofetean, pon la otra mejilla”. Esta es sin duda, una de sus expresiones más importantes y místicas. ¡Ah!, por supuesto, el ego nunca quiere poner la otra mejilla, no puede; pero la risa sí, lo cual es cierto, sí. La risa aquí, es la risa de la Alegría, no es la risa de la mofa o la sonrisa, es la verdadera espontaneidad de la alegría que florece en tu rostro, en todo el cuerpo; y la risa te prueba a ti mismo que lo que has vivido, realmente todo esto, no es más que un juego. Mantén la seriedad para la mecánica, para las obligaciones de este mundo, pero nada de todo eso es verdadero ni siquiera serio. Juega el juego, pero no te olvides de sonreí y reír. La risa, como sabéis, dilata, expande, libera, algo que nunca podrá hacer tu mental, ni tampoco las experiencias pasadas.
Por tanto, sí; es la única vía, la de la ligereza, la de la risa, que no es más que la traducción del Amor y de la Luz verdadera, vivida, instalada, permanente.
…Silencio…
Terminaré mi respuesta con esta frase: el personaje es siempre el que fija, frena, acapara. Ese movimiento es exactamente lo inverso a la Verdad. Todo el juego de este mundo, falseado, trata de manteneros en la seriedad, en la gravedad, en la densidad, en los conceptos espirituales. Eso no permitirá nunca vivir la Verdad. La Verdad solo es ligereza, inmutabilidad, satisfacción perpetua y, sobre todo, algo que se reconoce, que se reencuentra. Ahora, la seriedad solo puede aportarte el rigor. La comodidad de la Verdad magnifica la incomodidad de la persona en cualquier sector.
Continuemos.
Pregunta: El Maestro Philippe de Lyon, me dijo que el flujo vibral que me envió, estaba destinado a equilibrar el pasaje de la conciencia del corazón humano, al corazón de Eternidad, limitando la predominancia del corazón humano sobre el corazón eterno. ¿Podría aclararlo?
¿Por qué?, ¿no lo encuentras lo suficientemente claro?, ¿quién ha tomado las frases del Maestro Philippe?, ¿por qué quieres comprenderlas? No hay nada que comprender, a lo sumo, puedes ayudarte de una imagen. Hay algo que está ahí, algo que está fuera y que ha propuesto favorecer el intercambio, el acceso de un punto a otro. ¿Qué hay que aclarar más? Llamo tu atención sobre la persona que eres que te dice que no comprende en tanto que persona. ¿de qué sirve saber? Pasas de lo efímero a lo eterno, ¿no lo comprendes?
Pregunta: Gracias, me lo ha aclarado.
Tú ya lo tenías claro.
…Silencio…
De forma general, estéis donde estéis, en cualquier papel, función, trabajo o edad, siempre es la misma historia, lo uno o lo otro, lo uno y lo otro. ¿Quién toma la iniciativa?, ¿quién dirige?, ¿la evidencia de la Luz o el personaje que busca historias, permanentemente? La afluencia a la Eternidad que se vive es lo más importante; como habéis visto, todo lo relacionado con la memoria, se está desvaneciendo. Lo que llamamos cerebro, funciona ya de forma diferente; lo veis a través de la locura, lo veis en lo que vivís unos y otros. No os aferréis a nada.
Cuando digo, y para ti también, que dejéis vivir la Vida, más que vivir vuestra vida, os doy una clave fundamental. Atreveos a tener confianza en la espontaneidad, en la Luz, aunque no la viváis y aunque hayáis tenido experiencias, no las agarréis, no os las llevéis a la historia ahora. Dejad que la Evidencia esté ahí, ella no necesita de vosotros, de vuestras experiencias pasadas. Te recuerdo los dos testimonios que hemos tenido al principio; sea cual sea, el tornado de la persona, sitúate en el centro, míralo y ríete de ello.
Cuando ha tenido lugar el estado del niño interior o de la espontaneidad o de la co-creación consciente, es lo mismo. Dejad que se viva lo que se vive con independencia de la persona, no traigas nada a ella. Aceptad ahora y siempre, acoged de la misma forma, la rosa como la bofetada; no sabéis lo que está detrás, así que cuando proyectáis -la rosa es un regalo, la bofetada es un castigo., yo respondería que es justamente lo contrario en muchos casos, pero no podéis verlos desde la persona y viéndote, me parece que tu cuerpo, tu bolsa de comida, ya ha bebido, ¿quieres que beba más?, ¿lo necesita?
Pregunta: No.
La respuesta es evidente. Te la agradezco.
Pregunta: Gracias por lo que he podido aprender a través de sus enseñanzas. No tengo pregunta; pero, ¿puede decirme algo?
Para perfeccionar tu eternidad desde el punto de vista de la persona, quédate tranquilo, no busques más historias, no cuentes más historias, no te hagas contar más historias, permanece disponible únicamente para la vacuidad del instante presente. No te dejes llevar por ninguna explicación, por ninguna curación, por ninguna visión, quédate en la desnudez del momento presente cada vez más. “Deja venir a ti”, es la frase que te corresponde. Deja venir a ti lo que es y, así, colócate en la Aceptación incondicional que no necesita ni justificaciones, ni visiones, ni experiencias de nada, y de esta forma, comprobarás que todo se relaja y que la Alegría es la explicación. Todo lo demás, son solo quimeras pasajeras.
De alguna manera, es el momento, para ti, de no oscilar, de no cuestionar más a la persona, al personaje, a la historia, sino dejar aparecer totalmente, lo Verdadero. No necesitas ninguna historia, ninguna experiencia, ninguna visión y, aunque las experiencias continúen y se expandan, no te apegues a ellas, déjalas pasar, porque toda experiencia, incluso la más magnífica, no se puede sostener. Además, la Alegría eterna, el Corazón del Corazón, como decís, está ahí tan pronto como lo demás ya no esté.
Todos vosotros testimoniáis, hasta ahora, con vuestras palabras, pero es lo mismo. No hay ninguna diferencia excepto en el contexto y en las palabras, pero la Alegría está más allá de las palabras, más allá de las experiencias, más allá de los estados. Tú no necesitas escenario, la Verdad está desnuda, no necesita coartadas ni decorados, ni palabras, ni experiencias. Ellas seguirán produciéndose de forma natural, y de esta manera, no hay lugar para la implicación, no hay lugar para mantener o retener lo que sea. Acepta el movimiento y sigue siendo lo que eres. Y entonces, el Fuego de la Gracia que llamáis el “Fuego Ígneo”, vendrá a consumir las últimas escorias, los últimos barrotes, las últimas ocultaciones. Todo se reduce ahora, sean cuales sean vuestras preguntas, a ver muy bien la diferencia entre lo que se proyecta y lo que es acogido sin ninguna proyección.
Pregunta: desde hace años, no puedo escuchar lo que usted dice porque me duermo…
Es la mejor manera de escucharme.
Pregunta: …sin embargo ayer estaba perfectamente despierta, y su Presencia y su Amor me llenaron de felicidad, con una sonrisa irreprimible. No tengo ninguna pregunta particular, ¿tiene algo que decirme?
Vuelve a dormir, está muy bien. Lo que has tocado en ti a través del sueño aparece por fin en el seno de la persona, la Eternidad se está revelando, así que vuelve a dormir.
Gracias.
Buenas noches.
Pregunta: no tengo ninguna pregunta y acojo con el corazón lo que usted tiene que decirme.
Entonces te lo digo ahora:
…Silencio…
¿Has oído?
No te he pedido dormirte, eh.
Pregunta: no estoy durmiendo, me estoy derritiendo.
Entonces has oído lo que tenía que decirte, contigo no necesito ninguna palabra. Feliz derrite.
…Silencio…
¿Quieres decir algo?
Pregunta: a menudo estoy en el momento presente, o en la paz y la tranquilidad. Gracias a su intervención, ayer viví el Corazón del Corazón y la Felicidad. ¿Qué hay del establecimiento del Absoluto?
Pero, no te preocupes del Absoluto, todos os obsesionáis con esta palabra. Si estás en el instante presente, si hay Felicidad, si hay inmovilidad, si hay todo lo que describís, pues ya estáis ahí. ¿Qué esperáis? ¿Cabalgar en un unicornio? ¿Convertiros en un sol? Pero todo eso, son unas historias. No hay nada más que esto. Entonces, sé feliz.
Pregunta: no tengo nada que pedir pero estoy listo para acoger su Verbo.
Veámoslo.
…Silencio…
La Paz que vives ahora, que incluso ha podido perturbarte, ahí donde no hay ningún pensamiento al que agarrarse, está la única Verdad. De experiencia a experiencia últimamente, en el silencio de tu corazón, sabes que esto es verdad. Pues tienes que decir adiós a todo lo demás, todo lo que pacientemente has construido, planificado en las quimeras de la manifestación. Aguanta, sobre todo no retengas nada. Deja fluir lo que fluye y constata esta nueva ligereza donde no necesitas interrogarte, sopesar los pros y los contras, porque los pros y los contras pertenecen a la misma mascarada. Ahora lo vives. Pues no voy a añadir ninguna palabra ni ningún Verbo, sólo puedo, de alguna manera, animarte a desaparecer tal y como lo haces.
Esta ligereza nueva no es una palabra vana, va a instalarse de forma duradera, eternamente. No retengas nada. Usa tus reflexiones, tus cogitaciones, para lo que haya que arreglar en el seno de la persona, pero para lo que eres no es de ninguna utilidad. Dicho de otra manera, ya no necesitas contarte más historias, ya no necesitas creer, ya no necesitas medir, ya no necesitas discriminar. No hay necesidad de oponerse o confrontarse, y mira como esto te vuelve más ligero. ¿Lo ves, lo vives? No te he pedido dormirte, espero tu respuesta.
Pregunta: estoy de acuerdo.
¿No puedes decir “sí” simplemente?
Pregunta: sí.
Gracias.
Porque cuando me dices «estoy de acuerdo», es la persona, cuando me dices “sí”, eres tú.
Pregunta: sí.
Lo había oído, eh.
Pregunta: desde hace unos meses estoy bastante tranquila, pero observo que la Felicidad no siempre está ahí y desde que le escucho, siento algo golpear mi corazón y una especie de inmensa tristeza y unas lágrimas que están ahí, y la Felicidad está detrás pero no del todo.
No retengas nada. De hecho voy a acompañarte, vas a ver.
Estás ahí, deja que la Felicidad saque la tristeza. La tristeza pertenece a la persona, a la historia. Y cuando digo que voy a acompañarte, volveremos a hablar de ello los dos por la noche, no en tu cama, eh, pero estaré a tus pies. Déjalo salir, no retengas nada, no intérpretes. Venga, duérmete tú también, desaparece, y cuando hayas desaparecido, apareceré ante ti, y constatarás también, lo que explica lo que estás viviendo ahora, que me has acogido.
…Silencio…
¿Quién quiere pasar por el hilo de la espada de la Verdad?
Pregunta: quisiera decirle “sí” a lo que tiene que decirme.
Previamente, ¿dijiste “sí” a la Eternidad o todavía tienes dudas? ¿Entonces?
Pregunta: digo “sí” a la Eternidad.
Entonces digo “sí” a tu petición.
…Silencio…
Permíteme añadir unas palabras. Ahí donde se desenvuelve tu vida es exactamente lo que te ha permitido decir “sí” a la Eternidad, más allá de toda apariencia, de todo conflicto aparente. Entonces sonríe también a aquellos que no quieren sonreírte y perdónales, ellos no saben quiénes son. La Verdad es una fuerza mucho más grande que todas las fuerzas posibles en esta tierra, como el Amor y la Luz. Nada puede imitarla, nada puede igualarla, es el soporte de la Vida, y más allá de los temblores exteriores de la persona, hay esta roca que nunca se ha movido de un ápice, sean cuales sean las interrogaciones de la persona. Así que sólo puedo decirte: «Bienvenida en la perpetuidad de la Felicidad», y no olvides de reírte de ti misma, porque la risa hacia ti misma es el perdón de la Gracia concedida a la historia y refuerza tu asiento eterno, la alegría de tu Presencia.
Pregunta: no tengo ninguna pregunta pero estoy siempre muy feliz de escucharle, y le agradezco por lo que va a decirme.
…Silencio…
Esto se resume en estas palabras que podrás repetirte. No es, ni una oración ni una letanía, ve más allá de las palabras, aunque, aunque sean significantes. Escucha: «Eres la vía de la Verdad, la verdad de la Vida, y la vida de la Vía.»
…Silencio…
¿Lo has recibido?
Pregunta: rindo gracia para todo este Amor que estoy recibiendo.
En cuanto te acoges a ti mismo, no puede ser de otra manera. La Vía está abierta, la Vida está ahí, la Verdad se ha manifestado.
…Silencio…
¿Tienes algo más que decirme?
Pregunta: gracias.
Pregunta: le agradezco por lo que nos aporta y por haberme sacudido hace 5 años. En el eterno presente no tengo ninguna pregunta, pero acojo con gratitud lo que tiene que decirme.
Pues vamos a alternar, soy yo quien va a acogerte. No necesito tus palabras, te agradezco por lo que has dicho y te acojo, en silencio.
…Silencio…
Terminaré por esta frase: la Verdad no necesita palabras, la antecámara de la Verdad está llena de palabras. La has atravesado, entonces tú y yo nos acogemos en el silencio.
…Silencio…
Y como hay sitio, acoges a todos los demás, y a mí también.
Pregunta: sí.
No demasiado, necesitamos que algunos estén despiertos todavía. Nunca es demasiado.
…Silencio…
Entonces te digo, bienvenida en la perpetuidad del Amor.
Pregunta: gratitud. Nos amo.
…Silencio…
Pregunta: de ahí dónde está usted, ¿qué me aconsejaría para que pueda juntarme con usted?
No te muevas, júntate primero contigo mismo. Todo lo demás saldrá de ahí, no te muevas y mira. De ahí donde estás, estoy, ahí donde estás en verdad. Ya estoy en ti, borra esta impresión de distancia, borra esta impresión de que somos distintos, que estoy ahí y que estás allá, eso es una ilusión. Acepta, y entonces acoge. Si acoges, no habrá ni latencia ni distancia entre tu deseo y la Verdad, son concomitantes. Ve bien que es tu historia, tu personaje, el que cree en la distancia, que tú estás allá y yo estoy ahí. En la apariencia esto es verdad, en la Verdad esto es falso. No hay que desplazarse, al contrario, deja que el movimiento se pare, el movimiento ligado a la aparente distancia, al filtro mental, al filtro de la persona, y constata.
…Silencio…
Puedes decir la siguiente frase.
Pregunta: ¿de qué forma se manifiesta mi ego espiritual y en qué me identifico a este cuerpo?
¿El ego espiritual? Pero no hay tal cosa. ¿Por qué te pones unos pesos que no existen, de dónde viene esta culpabilidad, además del miedo? El miedo y la culpabilidad están en la persona, no se trata aquí de ego o de orgullo espiritual, ni siquiera de una identificación al cuerpo. Tu cuerpo tiene algunos problemas, no son graves pero sí recurrentes, y lo vives. Y de hecho veo en ti que muchas intervenciones fueron realizadas por la Luz, por los Ancianos sobre todo. Escucha bien lo que te digo ahora. Tu cuerpo, que no es tú, se manifiesta simplemente más allá de todo karma, de toda historia, de todo pasado. Tu cuerpo te dice algo, lo dice y lo grita por todas partes, no es un problema de identificación.
Esta apariencia de miedo o de culpabilidad que expresa tu cuerpo, es una forma de técnica encontrada de modo fortuito en el desarrollo de tu vida, con el fin de que te sientas viva aquí. Estas crispaciones vividas, es cierto que con intermitencia ahora, sólo son unos pinchazos que te obligan, sin forzarte, a estar en el Aquí y Ahora, en el instante presente. Te basta con simplemente entonces evacuar de ti cualquier noción de orgullo o de ego espiritual. No los veo, no los hay. Sólo hay inconscientemente, pero se está alumbrando, que los crispamientos te llevan a la obligación de ocuparte de ti. Si hubiese, no el orgullo sino que diría tal vez, en un sentido muy dual, pecado espiritual, algún pecado espiritual, ¿cuál sería? Un déficit de amor de sí mismo. Ámate francamente, ámate totalmente, y quita de tu cabeza estas quimeras de orgullo espiritual o de identificación al cuerpo. Sé libre, pero no en otra parte ni mañana, aquí ahora mismo, no hay nada más que hacer. Todo lo que tenía que haberse hecho y ordenado, lo fue.
Tienes que ser más densa, más pesada en tu Presencia, e incluso en lo que es manifestado en el escenario del teatro. El Amor no tiene que ser ocultado, ni tampoco que ser enseñado como en una parada, sino que irradia por sí solo, irradia. No tengas miedo de ti, de lo que eres.
Entonces te lo repito, no es cuestión de ego espiritual o de orgullo, sino más bien, hacia ti misma, de una no afirmación completa, no por las palabras sino por tu Presencia, por tu eternidad, aquí mismo. Reencuentra la densidad de tu Presencia y encontrarás al mismo tiempo la ligereza.
…Silencio…
¿Tienes algo que contestar a esto o a expresar?
Pregunta: finalmente es mucho más ligero y le agradezco.
En la felicidad de la Presencia, la ligereza y la densidad están presentes en el mismo tiempo. Es lo que vives y es lo normal, lo evidente, lo simple. La densidad de lo que eres aligera a la persona y a la historia. En tu caso, sólo tienes que constatarlo, experimentarlo, como lo estás haciendo ahora, y el cuerpo ya no necesitará manifestarse de ninguna manera.
De manera más general, y no solamente para ti, acordaos de que todo lo que es costumbre, incluso las prácticas, todo lo que es repetitivo, que estamos obligados a hacer cada día cuando estamos en la tierra, como lavarnos, cepillarnos los dientes, levantarse por la mañana, todas las mañanas, el tiempo que dura el saco de carne, esto mantiene la Ilusión. De manera general, cuanto más podáis hacerlo en vuestra vida diaria, romped las costumbres, porque la Ilusión se apoya en la costumbre, porque el ego se apoya en la costumbre. En ella encuentra la seguridad y la comodidad, y os hace creer que es indispensable para ser lo que sois. No hay mentira más grande. Necesitáis unas costumbres, unas reglas, para la vida social pero no para vuestra vida, y vuestras costumbres, aunque sean para el sueño, los alimentos, vuestro cuerpo no tiene que depender de este famoso reloj biológico que está ligado a la persona.
No os restrinjáis, no os limitéis. Entonces por supuesto, no lo diría al que esté totalmente encerrado en su persona y en su historia, pero a vosotros puedo decirlo. Un ejemplo: pon el despertador a las 4 de la mañana para comer y constatarás que no solamente no es ningún problema, sino que además te liberas de los rituales. La costumbre, todo lo que es repetitivo, y que sin embargo sólo pasa, os encadena, encadena vuestra fisiología, encadena vuestro cuerpo, encadena vuestro ego. Es de hecho como si todos los egos quedaran. Todos se levantan a la misma hora para ir al trabajo a la misma hora, todos se paran a la misma hora para comer a la misma hora. Tenéis vuestras cajas con imágenes donde tenéis las noticias a tal hora. Podría seguir así hasta al infinito.
En vuestra vida personal no social, no necesitáis todos esos rituales, os encadenan. ¿Creéis que la armonía deriva del ritmo armonioso de vuestras noches, de vuestras comidas?, para nada, es una herejía. Os habéis programado así pero este saco de carne es flexible, no está fijo aunque muera, aunque sólo pase, es adaptable a muchas cosas. Ved que las costumbres, tan seguras, tomadas en nombre de una ortodoxia que viene de no sé dónde… romped los ritmos, no digo cada vez, no sustituyáis un ritmo por otro, sino que estimulad lo imprevisto, lo imprevisible, activadlo, incluso en el seno del efímero, y ahí encontraréis y viviréis la libertad interior.
No os pido ninguna ascesis, ya no estáis con esto. Desconfiad, por así decirlo, de las costumbres, el ego siempre necesita costumbres, y si tenéis demasiadas costumbres seguro que no provienen de lo que sois, vienen de vuestros miedos. Muchos creían hasta ahora que la costumbre era la seguridad, era la armonía, pero ante la Eternidad, es el desorden, es la ausencia de Libertad. Cuanto más podáis, romped todas las costumbres a las cuales os parece estar sometidos. En el mismo seno del efímero, esto reforzará la emergencia de la Eternidad, de lo imprevisible, de lo Desconocido. No podéis estar fijos en unas costumbres de lo conocido y dejar que el Desconocido aparezca, se transparente, se instale.
No preveáis nada, estad disponibles incluso en el seno del efímero, no caigáis por supuesto en el exceso o en la adicción, sino dejad que se exprese ahí también la Verdad. Olvidad de alguna manera los convenios interiores cronológicos que vosotros mismos os habéis fijado con el pretexto de que esto estaba mejor así.
Hablo de todas las costumbres. Si tenéis, como decís, la férrea costumbre de ir al baño por la mañana al levantaros, pues negaos a ello. Id por la tarde o por la noche. ¿Qué vais a encontrar? Una libertad, incluso en el seno de este cuerpo. El ego, el cuerpo, el saco de carne, ama las costumbres, os hace creer que dependéis de eso, como comer a tal hora, dormir a tal hora, ir al baño a tal hora. Pero, ¿cómo queréis ser libres con esas obligaciones que vosotros mismos os ponéis?
En la Verdad, sea cual sea la edad de vuestro cuerpo, sea cual sea la edad de vuestro ego, si rompéis las costumbres, el cuerpo estará alegre y la Verdad estará ahí. Es hasta este punto hoy. Todo lo que os da seguridad sólo os encierra. Vedlo, unos y otros de hecho. Hablo bien de vosotros íntimamente, por supuesto que no me refiero socialmente, en las relaciones, que requieren unos horarios y tal vez todavía unos convenios, pero no os lo impongáis interiormente, en cuanto a vuestro funcionamiento, por ejemplo. La costumbre, los rituales sean cuales sean, vividos con el cuerpo o con la conciencia efímera, mantienen los cerrojos de vuestra puerta de la cárcel, obligándoos a volver a jugar incansablemente las mismas escenas, los mismos eventos, los habéis creado.
Por supuesto, no os pido dejar de ocuparos de vosotros, sino de ocuparos diferentemente. ¿Quién decide? ¿Lo qué habéis fijado en vuestra cabeza, lo que el cuerpo ha decidido, o lo que vosotros habéis decidido? En resumen, ¿quién está al mando? ¿La fisiología, los pensamientos, o vosotros? Así que sed simplemente razonables, no os pongáis ninguna obligación, hay bastantes sobre el escenario del teatro. La vida en este mundo, miradlo objetivamente, independientemente de vuestra historia, sólo son unas eternas repeticiones durante toda una vida. Si sois adultos y autónomos, ¿qué es lo que os impide dejar de apoyaros en este reloj interno que vosotros mismos habéis creado?
Os recuerdo que la inteligencia de este saco de carne es perfecta, este saco de carne es flexible, adaptable, sea cual sea la edad, pero si vosotros mismos, por vuestras acciones, tensáis las cosas, las ritualizáis, vosotros mismos os tendéis la trampa. No quiero convenceros, averiguadlo, vividlo por vosotros mismos.
Esto forma parte de la espontaneidad, y entonces de la Verdad, el estar disponible para lo imprevisto, disponible para lo Desconocido, y respecto a todo lo que es conocido y balizado, cronometrado, manejado, controlado, tendréis algunos problemillas. Independientemente de lo que hayáis constatado antes, como por ejemplo que comer a tal hora permitía evitar tener unos dolores de tripa o no sé qué, era verdad antes ya que lo habíais constatado, pero ¿quién dice qué es la verdad hoy? ¿De qué tenéis miedo?
La Felicidad, la Verdad, el Amor, la Luz, es esto lo importante, no creáis que vais a encontrar esas cosas importantes en los rituales, en las costumbres que os habéis fijado. Sed neutros y vírgenes en cada instante, no seáis unos estereotipados, unos repetitivos, no fijéis nada, ni siquiera en la persona, os lo dije, ya hay bastantes elementos exteriores que están allí para fijaros. ¿Cómo lo llamáis a esto? Los seguros de vida, los seguros sociales, los seguros del hogar, los seguros de cualquier cosa. ¿Veis el nivel de inepcias de la sociedad en su conjunto que quiere premunirse de todo, que quiere la seguridad, el pleno empleo, el agua corriente, la electricidad, todas esas cosas que en definitiva, si sois honestos, sólo os han puesto en letargo? Ah, es cómodo, pero en la comodidad os dormís, no desaparecéis, estáis anestesiados, aunque sea tranquilizador, es tranquilizador para el ego, pero no es tranquilizador en absoluto para lo que sois.
Espero lo que sigue.
Pregunta: no tengo ninguna pregunta particular y acojo lo que usted tiene que decirme en verdad.
Tú misma constatas ya ampliamente todo lo que pudo cambiar en este último año pasado. Tú misma constatas que unos elementos que te estorbaban ya no te estorban más, hay una forma a la vez de vigilancia y de espontaneidad que abrió de par en par, por así decirlo, las compuertas de la Acogida y constatas que la verdadera libertad está ahí. Efectivamente te resulta cada vez más evidente y es la verdad. No falta nada, sólo hace falta amplificarlo. ¿Cómo? Magnificando, por así decirlo, la Acogida del instante presente. Haz que cada instante presente sea virgen, que no esté teñido por todas tus experiencias pasadas, por la necesidad a veces todavía de relacionar las cosas entre ellas, pues de aumentar todavía más, por así decirlo, la espontaneidad en lugar de lo ya producido y realizado, eso es todo. Y allí también constatarás, como dije antes, un aligeramiento de la persona y una densidad, una presencia del Amor que no dejará ningún lugar a dudas. De alguna manera ya está en marcha. Pon la siguiente marcha y no te muevas.
Gracias.
…Silencio…
Dos minutos de silencio así, antes de seguir.
…Silencio…
¡Vamos!.
Pregunta: durante su intervención, ayer y hoy, sentí una vibración intensa en todo el pecho. Al final, me reí de una manera extrema y quería abrazar a todo el mundo. Estaba lleno de júbilo. ¿Qué me hizo o qué me he hecho a mí mismo?
¿Y puedo saber por qué no abrazaste a todo el mundo, por qué lo guardaste para ti? ¿Qué es lo que te ha frenado? Lo que llamas júbilo es el Fuego Ígneo. La vibración acompaña a la conciencia. No pongas ningún freno, va a reproducirse, así que si tienes que abrazar un árbol, una piedra, hazlo, comparte, da. De hecho, no puedes guardarlo para ti. Cuando vuelva a pasar, abrázalo todo, abrázate, no tengas ningún escrúpulo ni ningún freno, incluso puedes abrazar tu coche, todo lo que pasa, con el mismo impulso, la misma generosidad, el mismo júbilo. No te prives, no hay ningún convenio. Si amas y abrazas en este estado, no puedes molestar a nadie, al contrario.
Entonces, como te dije, volverá a pasar; no frenes nada, abraza todo lo que pasa a tu lado, no hagas ninguna diferencia. Ahí está la espontaneidad y la Verdad, no en los convenios. Voy a tomar un ejemplo y acabaré con esto para que hagáis una pausa. A menudo os ocurre, seguramente, cuando os encontráis, de abrazaros, es normal, es humano, os encontráis, pero cuando este tipo de cosas ocurren, pues adelante, abrid las compuertas, porque es espontáneo, no está ligado a un encuentro o a un reencuentro, sino que es ante todo el reencuentro con vuestra eternidad. En este júbilo, como dices, no hay ninguna historia, no hay ningún origen, no hay ningún linaje, sólo la Vida. Es la Verdad, la única que es inmutable.
Pregunta: todavía hay unos sufrimientos y unos miedos que suben en mí y me impiden encontrar la felicidad del corazón. ¿Puede ayudarme?
Estos miedos que suben, ¿los has identificado en cuanto a la causalidad, en cuanto a las manifestaciones en sí? ¿Sí o no?
Pregunta: no todos.
Bien, cuando un miedo sube, como bien dices, ¿qué haces? Tienes miedo, de acuerdo, pero después, luchas, te opones, quieres comprender, quieres erradicar, de hecho es tu pregunta, pero haciéndolo lo alimentas. Ver las cosas, no es darles cuerpo, no es pararlo, no es ceder a ello. La problemática, y a menudo es así, por no decir siempre, algo surge, una herida, un miedo, una costumbre, el mental, es lo mismo, algo llega. ¿Qué es lo que pasa en ese momento? Sobre todo si es el miedo, viene a dar miedo. El miedo que sube genera el miedo del sufrimiento, de la limitación, y ahí estás atrapada.
Atrévete a atravesar los miedos, no a pararlos. Cambia de punto de vista, míralos pasar. Si lo consigues aunque fuese sólo unos minutos, el miedo ya no estará allí, lo que quiere decir, inconscientemente, que tu actitud alimenta el miedo; no son unas memorias, esto os fue explicado, son unas costumbres. Así que si tienes miedo, cuando esto sube, si eres cosquillosa, déjate cosquillear. Ve una película, distráete, no te debilites con aquello que es vivido, no le des cuerpo, no le concedas ningún crédito porque tal y como vives y sabes, esos miedos suben y desaparecen, ¿sí o no?
Pregunta: sí.
Pues con más razón. No es lo mismo que un sufrimiento crónico o un miedo crónico, instalados, son unos episodios de miedo. El simple hecho hoy de mirarlos, les das cuerpo, les das presencia. No te he dicho de ignorarlos, te he dicho de mirarlos, tampoco te he dicho de explicarlos, ni siquiera de comprenderlos. Entonces no sé, cuando hay un miedo, encuentra algo, cualquier cosa, te dije de ver una película, puede ser tocar una campanilla para no estar fijada. Mirar y atravesar no quiere decir estar fijada, quiere decir permanecer en el observador, no negarlos, porque si los niegas, van a reforzarse, acógelos aquí también.
Es en la Acogida hoy que se encuentra la capacidad de resolución por la Inteligencia de la Luz, y no alimentando, no teniendo miedo al miedo, porque es incomprendido, porque no sabes de donde viene. Es realmente, no una técnica ni una ayuda exterior, es una comprensión, no del miedo sino de los propios mecanismos de tu conciencia cuando esto ocurre. El miedo es experimentado y vivido antes de que te paralice, como es el caso en algunas ocasiones.
Golpéate el pecho, llama a una amiga, no para hablar del miedo o decir «tengo miedo», para hablar de otra cosa, del tiempo que hace. Desvía la conciencia incluso en el seno del efímero. En ese momento ya no puedes alimentar más el miedo, y como ya no sabe cómo engancharte, pues desaparecerá por sí solo. Eso es la Inteligencia de la Luz, eso es el estado de Gracia. Mirad, durante los últimos años de mi vida, tenía lo que llamáis un cáncer, en un sitio que da unos dolores terribles. Ah, es cierto que sentía algún cansancio, pero siempre era el mismo. Cuando estáis liberados o en el proceso de estarlo, cuando el Espíritu se revela, cuidado con lo que alimentáis. Sobre todo cuando el miedo llega, no lo dejes agarrarte por la garganta, por las tripas, no te opongas, no te resistas, sino que ocúpate de otra cosa. No quiere decir apartarte, como dije, quiere decir desviar la vibración de la Luz, la conciencia y el pensamiento, hacia algo más agradable. Quizás no funcione la primera vez, porque está el miedo al miedo, pero funcionará muy rápidamente.
De una manera general, en lo que veo, hay una forma, no de emotividad sino de impresionabilidad, es decir unos impactos imprimidos demasiado importantes. ¿Qué quiere decir? Que tu conciencia está girada hacia la proyección. Estate tranquila, en el silencio, habla con una amiga de otra cosa. Eres tú, no digo que seas responsable de estos miedos, ya se trate de unas costumbres o de unas heridas importa poco, es la conducta de hoy que no está adaptada. Alimentas lo que miras, lo que observas es atravesado y no puede ser parado. Es en este sentido que uso la palabra “desviar”, desvía tu conciencia, tu pensamiento; en ese momento, sea cual sea la causa del miedo, del dolor, no podrá agarrarte. El resultado será diferente en cuanto a la duración, en cuanto a la intensidad, en cuanto a la frecuencia, y muy pronto te reirás de ello.
Entonces, ¿qué dice el maestro del tiempo?
Gracias Bidi.
Entonces os doy las gracias y os digo hasta ahora.
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