lunes, 7 de julio de 2014

BENEFICIOS y consejos sobre AROMATERAPIA

  por Amanda el junio 26, 2014
 

Estar de buen humor, sentirse bien, vivir en un punto de equilibrio entre tensión y relajación, esta es una meta que la mayoría de las personas consideran inalcanzable en su vida diaria.
Un estado de mal humor causado, quizás, por dificultades en el trabajo acaba provocando dolores de cabeza y acidez de estomago. Los dos dolores y malestar físico no ayudan precisamente a ponerse de buen humor ni estimulan la concentración o la creatividad…..y así se crea un círculo vicioso cuya salida no hay que buscarla en analgésicos u otros medicamentos.
Si algo va mal en nuestra mente, o espíritu, y nos empeñamos en hacer caso omiso de sus avisos, nuestro cuerpo seguirá pagando las consecuencias.
Con los aceites esenciales podemos tener fácilmente un bienestar general que nos ayuda a aliviar las molestias físicas.
Poner un par de gotas en un evaporizador es tan fácil como tomarse una pastilla, conectar la televisión o abrir una botella... pero el efecto es completamente diferente.
Los aceites esenciales podemos emplearlos a diario para que nos proporcionen una determinada sensación de bienestar, pero teóricamente la aromaterapia en términos estrictos es una rama de medicina natural, que se emplea para tratar dolencias físicas o mentales considerando al ser humano como un ente completo formado por cuerpo, mente y espíritu. Al contrario que la medicina convencional, la medicina naturista da más importancia a sanar al ser humano como ente completo que a eliminar los síntomas de la enfermedad.
Los aceites esenciales contienen numerosos polivalentes principios activos por lo que son especialmente indicados para este tratamiento integral. Influyen positivamente en el bienestar mental y espiritual, refuerzan las defensas y sanan muchas dolencias.
Tienen multitud de aplicaciones en forma de cremas, lociones corporales, y se obtienen también cantidad de efectos. Sus ingredientes, además de las propiedades para el cuidado de la piel y del cabello siguen siendo activos a nivel físico y mental. Por ejemplo poner crema de rosas en la mañana produce un efecto balsámico, para piel y mente.
La forma de obtener el aceite esencial de una planta depende de la planta de la que haya que extraerla. El método más común es la destilación al vapor, en una destilería se hace que la planta libere sus esencias en agua hirviendo o en vapor de agua. El aceite esencial suele ser más ligero que el agua, por lo que flota sobre esta, y puede ser fácilmente retirado. Este agua llamado hidrolato, tiene unas propiedades similares a las del aceite.
Para obtener esencias más concentradas se suele emplear el método de la extracción, las flores son colocadas en un recipiente por el que se las hace circular un disolvente que arrastra todos sus aromas, colorantes y ceras. Este disolvente se destila a continuación hasta obtener una sustancia semisólida que será disuelta en alcohol para volver a destilarla y obtener finalmente un aceite esencial de gran calidad.
Los aceites esenciales no se parecen en nada a los aceites grados que todos conocemos (como el aceite de oliva), pues se evaporan por completo sin dejar rastro. Si se vierten unas gotas de aceite esencial sobre un papek aparecerá una mancha húmeda que no tardara en desaparecer, mientras que los aceites grasos, dejan siempre una mancha de grasa.
El olfato es el más antiguo de nuestros sentidos. Que se tratara el primero en aparecer a nivel evolutivo, es algo que podemos comprobar actualmente en cualquier bebé, se guía por el olfato antes que por cualquier otro sentido.
Cuando decimos que algo es muy sabroso, solemos referirnos más al olor del plato que a su sabor. Con el sentido del gusto solamente podemos identificar si algo es dulce, o salado, ácido, o amargo, todo lo demás lo captamos mediante el olfato. Por eso cuando estamos resfriados no notamos el sabor de los alimentos.
Cuando se emplean aceites esenciales para aliviar alguna dolencia, estos actúan simultáneamente sobre el cuerpo y la mente, y su agradable aroma influye mucho en ello. De hecho, es precisamente a través del olfato como se llega a la mente. Pero... ¿una medicina puede tener buen olor?.
Normalmente los aromas más efectivos suelen ser los más intensos y de mayor fragancia, pero nos cuesta aceptarla como curativos, precisamente por el hecho de que no huelen a medicinas. La mayoría de las personas siguen pensando que los productos medicinales han de ser amargos y desagradables.
Los aceites esenciales son remedios muy efectivos, por lo que debemos emplearlos con el mismo cuidado que los medicamentos.
Si usted tiene la piel muy sensible, o es propenso a reacciones alérgicas, será mejor que antes de cada aplicación compruebe su tolerancia. Para ello póngase una gota del producto en la flexura del codo. Si se produce un enrojecimiento será señal de que hay que ir con cuidado. Por lo tanto hay que elegir productos de primera calidad.

ACEITE DE ALOE VERA.
Mejora la circulación y el metabolismo, desintoxica, regula el grado de humedad de la piel y la regeneración celular, tiene efecto relajante y es apropiado para pieles sensibles.
ACEITE DE HIERBA DE SAN JUAN.
Es un aceite con grandes virtudes curativas, estimula la digestión, refuerza el sistema inmunitario y tranquiliza los nervios y estado de ansiedad.
ACEITE DE YOYOBA.
Es muy útil para el cuidado de la piel, dado que contiene muchos minerales y vitaminas. Es antialérgico, regula el grado de humedad de la piel y protege su capa ácida. Es adecuado para cualquier tipo de piel y se absorbe rápidamente. Excelente como aceite base (portador), para perfumes.
ACEITE DE NUEZ DE MACADAMIA.
Su elevado porcentaje en ácidos grasos insaturados hace que el organismo lo acepte muy bien. La piel lo absorbe rápidamente, la regenera y la alisa, proporcionándole un gran brillo. Es muy apropiado para la piel en fase de envejecimiento.
BERGAMOTA.
Tranquilizante, relajante, estimulante, ayuda a elevar el estado de ánimo y disipar temores. Es un buen antiséptico, baja la fiebre, y elimina calambres musculares.
CILANTRO.
Reconfortante, estimulante, ayuda a eliminar gases.
ENEBRO.
Antiséptico, diurético, astringente, desintoxica y limpia.
LAVANDA.
Equilibrante, relajante, tonificante y refrescante, antivírica, antiséptica, cicatrizante, estimula la circulación, elimina calambres, cura las quemaduras y alivia las picaduras de insectos.
LITSEA.
Estimulante, antidepresivo, vitalizante, vigorizante, ayuda a combatir los calambres y los gases, es bueno para el cuidado de la piel.
POMELO.
Estimulante, tonificante, refrescante, ayuda a bajar la fiebre y a eliminar calambres, antiséptico y desinfectante.
ROMERO.
Estimulante, refuerza la memoria, estimula la circulación, alivia los calambres y los dolores, expectorante, muy antiséptico, regula el metabolismo.
SANDALO.
Ayuda a combatir la ansiedad y la tensión nerviosa, tranquilizante, regenerante.
TOMILLO.
Es un potente antiséptico, limpia, estimula el sistema inmunitario, tiene acción expectorante, favorece la circulación, estimula el apetito y refuerza la memoria.

Las personas que se sienten felices consigo mismas, con su entorno y consiguen llegar a un estado de equilibrio entre tensiones y relajación, es difícil que lleguen a enfermar. La mayoría de las enfermedades son advertencias de que algo falla en nuestro sistema.
Los aceites esenciales no sirven para curar enfermedades graves, tales como el cáncer y la neurosis. Pero dado que los masajes y los aromas agradables siempre proporcionan una sensación de bienestar, puede emplearse aceites relajantes con el vaporizador, o en forma de lociones corporales.

Sentirse bien siempre es de gran ayuda en cualquier proceso de curación.


Fuente: Monika Werner

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