lunes, 14 de julio de 2014

LOS KOBDAS O KOTPOS

         por José García Álvarez el julio 3, 2014
        

 
 

Pertenecían a una escuela de Alta Sabiduría del antiguo Egipto de la época Pre-Histórica (en el lejano neolítico); constituían una vasta Institución científica y filantrópica consagrada al desarrollo de las elevadas facultades del espíritu y el bien de la Humanidad. Esta vasta Institución, especie de Sociedad Científica y Comunidad religiosa digámoslo así pero que no poseían más religión que la Justicia, la Verdad y el Bien, eran auténticos Misioneros de la Sabiduría y el Amor.
Los primeros fundadores de dicha Comunidad pertenecieron a un núcleo emigrado de ATLÁNTIDA, azotada por las aguas, que a esa altura ya empezaba a dormir su sueño eterno en la profundidad de los mares, acompañando en ese sentido al perdido continente lemuriario hundido siglos atrás bajo las aguas del entonces Mar Sereno (Océano Pacífico de hoy); que lograron refugiarse en las cavernas de las montañas del Noreste africano, donde los gigantescos picos del Revenzora les dieron refugio por tres siglos, hasta que poco a poco fueron construyendo Santuarios donde impartían sus enseñanzas, adonde podían acudir gente de todas las razas y condiciones sociales.

Adoptaron como símbolo y genio inspirador para la obra que comenzaban a NUMÚ, un pastor de ovejas que vivió en la ciudad de Mirt-ain-Mari (que significa "Mirando al mar", la ciudad del continente lemur de muchos milenios atrás de la época que nos estamos refiriendo, continente que el Mar Sereno (ya referido) había tragado.

En su labor misionera y civilizadora pronto los Kobdas se vieron obligados a ser maestros, médicos, árbitros, administradores y consultores de aquellas poblaciones de aquellas tribus entre las cuales no había aún una idea bien definida respecto al origen y destino del ser y mucho menos de las leyes y fuerzas que la gobiernan. La elevación moral e intelectual de los Kobdas les dio pronto un gran ascendiente sobre aquellas multitudes que comenzaban a mirarles como a seres extraordinarios. Toda la antigua sabiduría de Oriente no reconoce otra cuna ni otro origen que éste y de ahí la notable semejanza en los principios fundamentales de todas las antiguas filosofías y religiones.

Los Kobdas, incansables buscadores de la Sabiduría y de la Verdad, una única dicha podían ambicionar: la de hacer la dicha de los demás y fueron decididos cultivadores del espíritu y apóstoles de la redención humana terrestre de aquella remota época donde existían muchas barbaries y costumbres que rayaban a la altura de lo monstruoso. Aquellos hombres y mujeres, incansables buscadores del por qué de todas las cosas, que marcan rumbos y derroteros a las almas y a las humanidades, enseñaban que cada civilización, cada colectividad, cada raza, cada individuo, viene a la vida terrestre con un programa a cumplir y que de su buen o mal cumplimiento, dependerá luego la evolución, el progreso, el triunfo, la grandeza colectiva e individual; y que la falta de ese cumplimiento acarrea la ruina, la degeneración, el exterminio, el aniquilamiento, la desaparición de civilizaciones, dinastías, razas y doctrinas sustentadas por ellas.

Apóstoles de la Paz y el Amor, aquellos hombres y mujeres que constituían la Hermandad Kobda tenían entre sus postulados lo que constituía la frase y el lema más común y máximo en ellos: "El AMOR ES EL MAGO DIVINO QUE SALVA TODOS LOS ABISMOS".

El término KOBDDA o KOPTO significaba según ellos "CORONA", o sea lo más alto a que puede llegar el ser humano en la tierra y para ello debía empezare por dominar en absoluto sus pasiones, por eso corona de justicia, de amor y de paz debía ser la vida del Kobda y aún de aquellos Kobdas que llegaran a ser dirigentes de pueblos. El nombre KOBDA en la lengua usada por ellos también significaba la frase: "EXTRAER DEL FONDO DE TODAS LAS COSAS LO MÁS HERMOSO QUE HAY EN ELLAS", lema que era un poco la brújula en sus vidas entre ellos y de relación ante los demás; frase que se aplicó muchos siglos antes a los que extraían los metales preciosos del seno de las montañas, y a los que extraían las perlas del seno del mar, pero que los Kobdas lograron aplicarla a toda manifestación de vida, aún en aquellas situaciones dolorosas, angustiantes o lamentables que no parecían tener solución.

LOS CABALLEROS DE LA ORDEN DEL SOL

No hay comentarios:

Publicar un comentario